La Voz de Galicia

¡Que viene la alta velocidad!

Santiago

Serafín Lorenzo

14 Jan 2017. Actualizado a las 04:00 h.

El sistema aeroportuario gallego, con Lavacolla al frente, está de enhorabuena. Los años negros de la crisis han quedado atrás y las tres terminales lucen registros que las sitúan en la zona media-alta de las españolas. Es decir, que los números acreditan que en Galicia hay mercado para las tres y que no sobra ninguna. Pero también es obvio que sus cifras mejorarían si participaran de una estrategia coordinada.

Esa política común es la que explica, por ejemplo, que en el País Vasco el aeropuerto de Bilbao atienda 4,58 millones de viajeros al año, por ser el especializado en tráfico comercial, mientras el de San Sebastián no pasa de 264.000 y el de Vitoria ronda los 36.000, al estar más volcados en las mercancías. Pese a la disparidad de las cifras, de esa especialización se beneficia el sistema aeroportuario vasco, que es lo que cuenta. Cualquier gestor político suscribiría aquí de buen grado la rentabilidad de ese modelo, aunque es más dudoso que estén dispuestos a asumir semejante desequilibrio en el balance de viajeros. Pues ahí tienen el techo que impide a las terminales gallegas dar un salto cualitativo en su competitividad.

Pero el reto de la coordinación caerá por su propio peso con la llegada del AVE, ese Godot por el que Galicia lleva varios lustros esperando mientras se van incumpliendo plazos. Porque el tren, que ya crece más que el avión en los viajes a Madrid, multiplicará su atractivo cuando permita cubrir el trayecto en tres horas. Falta hará para llegar a los 3,5 millones de pasajeros a los que Fomento supedita la construcción de la intermodal de Santiago. Otra hipoteca.


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