Jesús cumplió su reto personal cinco años después de vencer un cáncer muy duro

Este verano quedará marcado en la biografía de Jesús González García, por haber cumplido un reto personal que se propuso hace cinco años, después de vencer un linfoma, un cáncer hematológico muy agresivo, para el que tuvo que soportar sesiones de quimioterapia de hasta 96 horas en el Hospital Clínico. Cuando le confirmaron que había quedado limpio del tumor, a los diez días viajó a Cantabria y recorrió el Camino Lebaniego. Fue solo un primer paso de lo que sería la gran aventura: recorrer más de 400 kilómetros de la travesía pirenaica, uno de las grandes rutas de España y de gran dificultad, que consta de 46 etapas, entre el Cantábrico, desde el Cabo de Higuer, en el País Vasco, hasta el cabo Creus, en el Mediterráneo catalán. Es la Gran Ruta número 11, en la que se pasa por pocas poblaciones, y más bien pequeñas y sin los servicios que caracterizan por ejemplo al Camino de Santiago. Comenzaron cuatro colegas en el 2019, pero dos abandonaron el primer año, cuando el recorrido finalizó en Bujaruelo, en el Pirineo aragonés. En el 2020 interrumpieron el desafío, por las restricciones impuestas a causa de la pandemia del covid-19. Lo retomaron en el 2021, Jesús y su compañero Miguel Ángel Leira García, y caminaron hasta Andorra. Y este mes completaron el trayecto hasta el cabo más oriental de la península ibérica. Lo más dificultoso fue el recorrido por Ordesa y Monte Perdido, explica Jesús. Tienen mucho que contar, como que el año pasado les nevó en julio; las noches de mucho frío en la montaña, a pesar de ser verano; las dificultades de la ola de calor de este mes, que les obligaron a iniciar una etapa a las 4.00 de la madrugada; las exigencias del terreno, con mucha piedra suelta; transitar por parajes donde no había cobertura de teléfono ni de Internet; ver helicópteros que realizaban rescates de excursionistas, que se habían extraviado; alguna etapa de 14 horas con subidas y bajadas que ponían a prueba la resistencia; los refugios de montaña y el contacto con el vecindario; y otros episodios en los que contrasta la dureza de la experiencia con la belleza del paisaje e intensas emociones. Jesús prevé volver en agosto, aunque para un recorrido más breve, de menos de una etapa, para que su esposa conozca aquello, afirma. Esta es la más dura de sus incursiones en la montaña, porque Jesús realiza recorridos muy frecuentemente, con sus antiguos colegas de Abanca. Sabe prepararse bien, porque conoce los riesgos de la montaña, tantas veces inesperados, y trata de prevenirlos con un equipamiento adecuado. Jubilado y con 61 años, otra de sus grandes aficiones es el ajedrez y es bien conocido en el club de la USC.

HM Rosaleda ficha endocrina

El Hospital HM Rosaleda fichó a Alicia Santamaría Nieto, especialista en endocrinología y nutrición. Estudió Medicina en la Universidade de Santiago, se especializó en el CHUS y amplió su formación en el Hospital La Fe de Valencia y en la Autónoma de Barcelona. Alicia tiene experiencia en investigación, con varias publicaciones. Participó en ensayos clínicos y obtuvo galardones. Potenciará el servicio de endocrinología y nutrición de HM, que tiene una demanda cada vez mayor.

Hotel reinaugurado

La reinauguración del Hotel Peregrino convocó buena parte del sector turístico y de viajes. A Amancio López Seijas, líder del grupo Hotusa, se le vio departir con Ghaleb Jaber Ibrahim, del Araguaney. El experimentado agente de viajes Agustín Vázquez Pedreira vino desde A Coruña para reencontrarse con Alberto Varela Núñez, responsable de la agencia de viajes de El Corte Inglés en Santiago, y Sara Rey Martínez, quien trabaja en la tienda de Purificación García. Agustín y Alberto rememoraron los tiempos compartidos en la agencia Ultratur, en Porta Faxeira, en los años 90. A la conversación se unió Thierry Berger de Parseval, delegado comercial de Hotusa. También asistió María Caeiro Rey, nacida en el barrio de Santa Marta y ahora presidenta de los concesionarios Renault de la provincia. ¡Buen camino, Peregrino!