La Voz de Galicia

Dimite el edil de Obras y abre una crisis en la antesala de las elecciones

Santiago

r. martínez santiago / la voz

Fernández deja el gobierno al perder atribuciones y el PSOE le afea que no ceda el acta

22 Nov 2022. Actualizado a las 05:00 h.

El relevo del concejal de Obras y Centros Socioculturais, Javier Fernández, de sus atribuciones en la segunda de esas áreas acabó estallando ayer en una profunda crisis de gobierno a tan solo seis meses de las próximas elecciones municipales. Lo que el alcalde defendía a mediodía como un reajuste para liberar a Fernández de la responsabilidad de Centros Socioculturales, para que se centrase en las urgencias del área de Obras, acabó dando paso a una crisis de gobierno hora y media más tarde, cuando el concejal presentaba su dimisión por escrito como integrante del grupo socialista.

El propio edil reconocía ayer que la decisión estaba meditada desde el momento en que se anunció la posibilidad de ese cambio, un anuncio, en el seno del gobierno local, que el alcalde situó a principios de septiembre, aunque no lo hizo oficial hasta el pasado día 14, cuando firmó el decreto que ayer publicaba el Boletín Oficial da Provincia y que precipitó la salida voluntaria de Fernández del gobierno, aunque no de la corporación. Porque Fernández no ha renunciado al acta de concejal, una decisión que ayer cuestionaba el grupo municipal al que perteneció hasta esa misma jornada y dentro del cual mantenía una tensa relación con la facción más afín al alcalde.

 

El ya exconcejal de Obras, cuestionado por la gestión de la reforma de Concheiros y por la de Centros Socioculturales y para el que colectivos y formaciones políticas en Raxoi han solicitado en varias ocasiones su cese, se mantendrá como único integrante del grupo de no adscritos. Su marcha complica la situación de un gobierno en minoría que ahora tendrá un miembro menos para afrontar la gestión de la ciudad, pero en nada altera el juego de equilibrios dentro de la corporación. El gobierno de Xosé Sánchez Bugallo, que hoy anunciará la reestructuración de funciones forzada por la dimisión de Fernández, seguirá dependiendo del PP o de CA tanto para los asuntos que requieran mayoría absoluta como para viabilizar aquellos en los que es suficiente la simple.

El grupo socialista cuestionaba ayer el proceder de Fernández, conocedor, dice, de la intención del alcalde «de axustar as súas competencias delegadas» ya desde septiembre. «Era coñecedor» de ello y también «dos motivos, xustificados e sobradamente coñecidos, polos que se levaba a cabo», dice en una nota pública en la que lo acusa de deslealtad y en la que recuerda que la reordenación del gobierno municipal es una competencia exclusiva del alcalde, «que toma as decisións pensando no mellor funcionamento do goberno e, sobre todo, no servizo á cidadanía de Santiago, procurando unha repartición das competencias que sexa operativa e adecuada á situación actual».

Los socialistas sostienen que es prerrogativa del concejal asumir las nuevas responsabilidades, aunque en este caso afean la conducta de Fernández por no haber entregado su acta de concejal con la renuncia a continuar en el gobierno. Entienden que su marcha debería ser total, en el caso de no aceptar los cambios: «En ningún caso a discrepancia cun reaxuste na configuración do goberno pode constituír unha desculpa aceptable para este comportamento».

Para los socialistas, la continuidad de Fernández en la corporación «constitúe unha falta de lealdade cos principios nos que se reafirmou no seu nomeamento», dicen tras recordarle que accedió a la corporación adoptando un compromiso con los votantes del PSdeG-PSOE y con los «ideais reflectidos» en su programa.

Fernández justifica el mantenimiento de su acta en que «hai veciños que mo pediron» y afirma que «sempre serei máis escoitado dentro que dende fóra» en la «defensa dos intereses veciñais».

La oposición cuestiona la acumulación de funciones de Rosón

Poco antes de la dimisión de Fernández, el alcalde anunciaba su relevo en el área de Centros Socioculturais como un «pequeno reaxuste» en el gobierno motivado por la necesidad de que aquel concentrase su atención en el área de Obras para asegurar la viabilidad de aquellas con plazos ineludibles por estar vinculadas a fondos europeos, pero también de las que se financian con remanentes antes de que cambien las reglas de juego que han permitido destinar a inversión, sin condiciones, el superávit municipal en los dos últimos años.

La oposición fue profusa en sus críticas a Bugallo (ya antes de conocerse la dimisión de Fernández) por haber anunciado su relevo a través del BOP y por la acumulación de tareas que supondrá para Mercedes Rosón, edila ya de Urbanismo, Acción Cultural e Igualdade, y que el alcalde justifica en la necesidad de incrementar la coordinación de Centros Socioculturais con Cultura.

 

 

Denuncia de acoso laboral

El PP consideró «infantís e incribles» las explicaciones del alcalde, cuya «debilidade» ve reflejada en ese cambio. José Antonio Constenla se preguntaba cuánto tardarán las licencias de obras, porque «agora pode ser máis dun ano». CA lamentó que el cambio de Fernández, que acabaría en dimisión, se hiciese por la «porta de atrás» y tardíamente después de su cuestionamiento tanto al frente de Obras como de Centros Socioculturais, donde el comité de empresa de ese servicio lo denunció públicamente, recordaba María Rozas, «por abuso de poder e acoso laboral». Goretti Sanmartín (BNG) pedía explicaciones por esa «inédita acumulación de poder» en Rosón y cree que Bugallo reconoce así «a súa debilidade» a 6 meses de las elecciones.


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