La Voz de Galicia

Los peregrinos no tienen ni idea del código de buenas prácticas de Santiago y la policía hace la vista gorda: «Nadie me ha avisado de nada en absoluto»

Santiago

Irene Carril, I. C. Santiago / la voz

La campaña del Concello no llega a los visitantes y los policías locales no les advierten, ni siquiera les informan, cuando los ven en el Obradoiro comiendo, bebiendo o recostados en las columnas del Pazo de Raxoi

04 Aug 2023. Actualizado a las 18:43 h.

Cuatro días después de la puesta en marcha del código de buenas prácticas por parte del Concello de Santiago para atajar la oleada de conductas irrespetuosas que ha sufrido el casco histórico durante el mes de julio y promover un turismo sostenible y responsable en cuanto al uso de los espacios públicos, continúan viéndose en la Praza do Obradoiro comportamientos que lo incumplen.

DANIELA YANES

Este jueves por la mañana, pese a la presencia de agentes de la Policía Local que tienen encomendada la tarea de informar a los visitantes de las nuevas medidas, se podía ver a varios peregrinos, en grupos o en solitario, comiendo en la plaza e incluso en los soportales del pazo de Raxoi.

Uno de ellos es Gregor Buth, un joven alemán que llegó a Santiago el miércoles tras emprender el Camino desde Sarria y que, recostado en una de las columnas de piedra del pazo de Raxoi, comía pan acompañado de hummus contemplando la fachada de la Catedral. «Llevo media hora aquí sentado y nadie me ha dicho nada en absoluto. Cuando llegué el miércoles estuve toda la tarde en la plaza y tampoco», afirma. Los miembros del cuerpo policial municipal, que paseaban cerca del joven, observaban la escena sin intervenir. «El policía me ha visto comer, y no me ha dicho nada. Ayer hice lo mismo y tampoco me avisaron», insiste Gregor.

DANIELA YANES

Otro ejemplo: tres jóvenes italianas que, sobre las 12.00 horas, realizaban una pequeña comida mientras esperaban al resto de su grupo, sentadas entre las columnas de Raxoi. Esta es otra de las acciones que preocupan al Concello, ya que se produce un acelerado desgaste de la piedra al apoyarse o recostarse en las columnas.

«Estamos esperando a nuestros compañeros, somos un grupo scout de quince personas. Nosotras llevamos aquí un rato y ahora teníamos hambre, por eso nos hemos puesto a comer. Llevamos diez minutos comiendo, pero luego lo recogeremos. El policía nos ha visto varias veces y no nos ha dicho nada, tampoco que no pudiéramos estar aquí apoyadas. Hay mucha más gente descansando así y no sabíamos que estaba prohibido», comenta Sofía Svaldi en referencia al municipal que pasa cerca de ellas.

 

La campaña municipal

La campaña tiene como objetivo que los visitantes sepan, antes de entrar en Santiago o ya en la ciudad, que existen algunas prácticas que deben evitarse, sobre todo en el entorno de la Catedral y en el principal acceso a la ciudad, el barrio de San Pedro, uno de los más afectados. Para ello, el Ayuntamiento ha desarrollado un manual con doce principios básicos para contribuir a la convivencia y el respeto al patrimonio.

DANIELA YANES

La información se ha desplegado en múltiples soportes y en diferentes oficinas de turismo, tanto municipales como autonómicas, en el aeropuerto, mupis urbanos y autobuses. También, en algunas calles del casco histórico, albergues y hoteles de la ciudad y proximidades.

Sin embargo, la mayoría de peregrinos y turistas que llegan estos días a Compostela continúan realizando estas prácticas al ser desconocedores de la normativa. Ayer por la mañana, cinco jóvenes de San Sebastián que realizaron el Camino desde Sarria llegaron a Compostela tras alojarse las cinco etapas en diferentes albergues, en los que no les han dado información. «Durante el Camino solo hemos visto carteles informando sobre que no se podían apoyar las cosas en algunas verjas, o pidiendo por favor que no se ensuciara la zona. Solo ese tipo de cosas», comenta una de ellas.

En referencia a los carteles informativos ubicados en algunos accesos a la zona de la Catedral, las jóvenes aseguran que: «La verdad, no hemos visto nada y tampoco nadie nos ha informado sobre lo que se podía o no hacer en Santiago. Sí hemos visto en la tele estos días que ha habido problemas con algunos peregrinos, pero a nosotras nadie nos ha informado cuando hemos llegado hoy», explican las peregrinas. Uno de esos carteles se encuentra ubicado en la esquina de la Praza do Toural que conecta con la Rúa do Vilar pero, por su posición y estética, el póster pasa desapercibido para la mayoría de los visitantes y únicamente alguno de ellos, buscando cómo llegar a la Catedral, echa un pequeño vistazo antes de continuar su camino.

Ixone Ondarza, una peregrina de Bilbao que pasea con su familia, comenta a su paso por la plaza que «llevamos por aquí desde ayer y este cartel no lo había visto. La verdad es que ni me había fijado. Estuve mirando uno que hay en la oficina de turismo que me llamó la atención, pero este está bastante mal señalizado», puntualiza.

La falta de información se refleja también en las manifestaciones de júbilo de grupos de peregrinos que continúan por las calles alterando la convivencia con los vecinos.


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