La Voz de Galicia

Son amigas, acaban de terminar el mir de familia y trabajarán puerta con puerta en un centro de salud: «Estamos fantásticamente bien»

Santiago

Elisa Álvarez Santiago / la voz
Zara González, a la izquierda, y Nerea Sánchez, a la derecha, acaban de finalizar la residencia y trabajarán en Outes

El área sanitaria de Santiago retiene a 18 de los 21 médicos de esta especialidad que finalizan la residencia, Zara González y Nerea Sánchez son dos de ellas

29 Sep 2024. Actualizado a las 05:00 h.

Cuenta Nerea Sánchez Varela (Xavestre, Trazo, 1996) que en el centro de salud de Outes, en el que trabaja desde el mes de agosto, el recibimiento de sus compañeros de trabajo y de los pacientes ha sido «fantástico». Es fácil de entender, esta joven médico de familia desprende tanta ilusión, ganas y cercanía que seguro ha sido una bocanada de aire fresco. Nerea es una de las residentes que acaban de finalizar su período mir en Galicia, y también una de las que se han quedado en el área sanitaria de Santiago y Barbanza. Había 21 de medicina de familia y desde la gerencia explican que se ha conseguido retener al 86 %, lo que quiere decir que 18 seguirán trabajando en centros de salud, puntos de atención continuada o urgencias hospitalarias.

Lo curioso es que Nerea no es el único fichaje de este centro. Con ella llegó en agosto Zara González, que también se queda con un contrato. «Tengo a una de mis mejores amigas en la consulta de al lado. Estamos fantásticamente bien», dice Nerea. Las dos fueron a Outes por la adenda que la Consellería de Sanidade puso en marcha este verano para que los mires de cuarto pudiesen reforzar la atención primaria en época estival. Porque este centro de salud estaba hasta ahora muy envejecido, con cinco facultativos de los que uno se jubiló antes del verano, otro en septiembre, y con otros dos que no tardarán mucho en hacerlo. 

De ahí la necesidad de renovar plantilla en un ambulatorio que ha rebajado drásticamente la edad media de su personal médico con estas incorporaciones. Las dos sustituyen a profesionales jubilados y las dos tienen contrato por lo menos hasta diciembre de 2025, porque después sus plazas pueden ser ocupadas por un médico que participe en el concurso de traslados.

En el momento en el que la Xunta ofreció a los residentes de cuarto asumir la consulta de un adjunto en verano, Nerea Sánchez se lo pensó, «me daba pena quedarme sin esos últimos meses porque allí —en el ambulatorio Concepción Arenal, en donde hizo casi toda su residencia—, estaba supervisada y porque mi tutor, Manuel Portela, es excepcional». Pero entendió que la situación de muchos centros de salud iba a ser complicada en verano y decidió aceptar. Al final el resultado fue mejor de lo que esperaba, «a posteriori creo que fue una buena decisión y me gustó la transición, no fue algo abrupto de ser un día residente y al siguiente adjunta, sino que me permitió ir asumiendo la responsabilidad de manera progresiva». 

Cómoda en el rural

Quería quedarse en el área sanitaria de Santiago porque vive en la capital gallega, es hija única y su familia es de Trazo. Al final Outes ha resultado un muy buen destino. Por la cercanía, por el trabajo y por los pacientes, «me gusta la medicina más rural porque los pacientes confían y el médico de familia tiene quizás un papel más activo en la salud de la gente que en una zona urbana, en donde la medicina privada tiene mayor protagonismo y el hospital está al lado», señala Sánchez. Se trata de un centro de salud con cupos que pueden llegar hasta los 1.200 o 1.300 pacientes pero en donde la población no es demandante, «se lleva bien aunque de momento siempre ha faltado algún médico —salvo en la primera quincena de agosto— por lo que no sé cómo es el día a día con toda la plantilla, que supongo que será mejor. De momento las agendas están siendo completitas».

No sabe lo que ocurrirá en unos años pero a corto plazo, recién finalizado el mir y con un contrato de más de un año de duración y cerca de casa, «es un lujo». Un lujo que comparte con su amiga en la consulta de al lado y con unos pacientes con los que se siente muy cómoda, «vengo de un centro urbano pero soy de Trazo así que de rural a rural. Es un paciente diferente al de Santiago y para mí muy similar a mis vecinos de Xavestre. La experiencia está siendo muy buena», concluye.

Unos ochenta residentes de todas las especialidades finalizaron este año su formación

Entre mayo y septiembre finalizaron su residencia en el área sanitaria unos ochenta residentes. La mayoría médicos pero también enfermeros, farmacéuticos, biólogos y psicólogos. Las plazas de formación sanitaria especializada han aumentado en los últimos años en toda España. Y un claro ejemplo es esta gerencia. Finalizan unos ochenta profesionales sanitarios que empezaron en el 2019 (los de especialidades médicas de cinco años), 2020 (la mayoría) y 2022 (en este caso los enfermeros), pero empezaron en mayo 116, lo que supone un incremento considerable.

Este aumento de las plazas busca solventar la falta de especialistas en algunas áreas concretas, como medicina de familia o interna. También en titulaciones cuya importancia ha crecido mucho en el sistema sanitario, como los psicólogos, debido a la relevancia de la salud mental o los enfermeros especializados, tanto en enfermería familiar y comunitaria como en salud mental o pediátrica. 

130 plazas en el año 2025

Los titulados que hagan a principios del 2025 de las pruebas de formación sanitaria especializada tendrán más plazas para elegir el próximo año en el área sanitaria de Santiago. Son 130 para el conjunto de titulaciones sanitarias. De ellas 48 son de atención familiar y comunitaria (40 de médicos y 8 de enfermería), otras 12 de salud mental (5 para médicos, 3 para enfermeros y 4 para psicólogos), 56 de especialidades hospitalarias, 2 de medicina preventiva, 3 para matronas, 8 para pediatría (6 de medicina y dos de Enfermería) y 1 de medicina del trabajo


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