Benjamín y Adrián, los informáticos de cabecera del centro comercial Área Central

Las dos personas que están al frente de Área Informatica, Benjamín Collantes y Adrián Amor, son informáticos titulados con una amplia experiencia, algo que, destacan, «no siempre se cumple en los comercios» que trabajan en ese campo. «Cuando dejamos un móvil con contraseñas para su reparación estamos dejando nuestra vida en manos de una persona, y por eso debemos tener la total seguridad de que no va a jugárnosla», advierten. Por sus manos pasan los equipos de empresas públicas y privadas, fundaciones, comercios pequeños y grandes, y particulares. «Depositan su confianza en nosotros para asegurar que sus dispositivos son seguros». Uno de sus nichos de negocio está en el propio centro comercial Área Central, donde tienen su local. «Muchos de sus comercios son nuestros clientes. Pero no solo los pequeños, también las firmas más grandes que se implantaron más recientemente confían en nosotros», señalan. Benjamín y Adrian vienen a ser los informáticos de cabecera del Área Central. «Saben que descuelgan el teléfono y estamos ahí. Unas veces se soluciona con apagar y encender, y otras se necesita más tiempo». Sostienen que es evidente que la velocidad a la que evoluciona la informática no está al alcance de la mayoría de las personas: «Eso genera inseguridad en los usuarios. A veces escuchamos que tienen miedo a usar el móvil o que temen que le pueden robar, entrar. No es todo tan negro, pero es conveniente tomar medidas de protección». Medidas que Benjamín resume en «cerrar bien los dispositivos, tener un antivirus actualizado, reiniciar de cero con más frecuencia de la que se hace, usar contraseñas más complejas y cambiarlas con frecuencia. No dejas la puerta de casa abierta y no puedes dejar el móvil abierto, porque está toda la vida en ellos. Creo que no somos conscientes de lo que tenemos en el móvil. No hay que tener miedo, solo precaución», aconseja. Benjamín asegura que «las empresas que nosotros llevamos tienen un servicio de mantenimiento que garantiza que no se producirán problemas, y, aún así, hay que ser cauto. Un pendrive que metes en un comercio para hacer fotocopias y luego pones en el ordenador de la empresa puede ser suficiente para liarla». Los avances de la Inteligencia Artificial mantienen en alerta a estos informáticos: «Ofrece grandes oportunidades, pero también nos enfrenta a lo peor. Puede redactar notas de prensa, pero también puede crear noticias falsas. Puede crear una imagen artística, pero puede hacer montajes falsos de fotos». Benjamín aboga por «medidas, que tienen que venir de la Administración, para evitar el mal uso de la herramienta», y evitar que las realidades falsas creadas con IA sean «confundidas o, más bien, coladas como reales. Se está planteando que tengan alguna marca de agua». Benjamín considera que «tanto para el uso de la IA como para la utilización de cualquier dispositivo informático, es fundamental la formación», y en ello sigue siendo clave el factor humano.