La Fiscalía pide 67 años de cárcel para el hombre acusado de violar a su hija y a tres hijastras
A Baña
La madre, vecina de A Baña, descubrió las agresiones tras echar de casa a su marido por sufrir maltratos
10 May 2016. Actualizado a las 05:00 h.
El caso de la madre, vecina de A Baña, que descubrió que sus cuatro hijas habían sufrido presuntamente agresiones sexuales durante años por su marido se juzgará en septiembre en la sección primera de la Audiencia Provincial, en A Coruña. La Fiscalía pide para el acusado, en prisión por estos hechos, un total de 67 años de cárcel, así como el pago de una indemnización de 300.000 euros para sus cinco víctimas: tres hijastras, una hija y su exmujer.
El ministerio público solicita para el procesado 16 años de cárcel por cada uno de los cuatro delitos continuados de agresión sexual de los que le acusa. Además, le considera responsable de otro delito de maltrato habitual a su exmujer, por el que le pide otros tres años de prisión.
Además de la cárcel y de las indemnizaciones, la Fiscalía quiere que el hombre no pueda acercase a ninguna de sus presuntas víctimas por un período no menor de quince años desde que cumpla la condena y recupere la libertad. También quiere que se le imponga la medida de libertad vigilada durante diez años y la pérdida de la patria potestad de su hija menor de edad.
Detención en Ames
La detención del acusado, natural de Santa Comba, se produjo el 27 de noviembre del 2014 en Ames, ya que se había ido a vivir a este municipio con su hermano una vez que su mujer le echó de casa tras, según ella denunció, años de maltratos físicos y psicológicos.
Según la versión de la madre, que ahora secunda la Fiscalía, fue al poco tiempo de haber echado a su marido de casa cuando sus hijas le confesaron el calvario que habían sufrido durante aproximadamente doce años.
Las tres hijastras y la hija del acusado, todas menores de edad cuando fueron violadas, relataron la misma versión tanto a la madre como a la jueza de Negreira ante la que declararon. Todas explicaron que empezaron a sufrir las agresiones sexuales entre los 11 y los 13 años de edad, coincidiendo «con el momento en el que comienza la pubertad de las víctimas y su crecimiento físico, y se desarrolla dentro del espectro familiar sin el conocimiento de la madre de todas ellas, a su vez también víctima de la violencia sexual de su esposo», relata el escrito de acusación presentado por el ministerio público.
La Fiscalía también afirma que «el procesado, ejerciendo un control de dominación y violencia» sobre todas sus víctimas «y aprovechando su condición de cabeza de familia y la dependencia económica que todos los miembros de la unidad familiar tenían con él» perpetró las violaciones «empleando fuerza física y amenazas e infundiendo el miedo a que se enterasen el resto de los miembros de la familia».
Según la acusación pública, tras llevar a cabo las agresiones sexuales, el hombre siempre amedrentaba a las niñas diciéndoles que, si no cedían a sus impropios deseos, no volverían a ver a su madre ni a sus hermanas. Una situación que la Fiscalía describe crudamente señalando que los hechos se desarrollaban «dentro de un clima de terror, violencia, obediencia y sumisión» que impedía que las víctimas denunciasen.