La Voz de Galicia

El templo gallego del bacalao llora a Marisa Paredes

A Baña

Emilio Forján A Baña / La Voz

La actriz visitaba dos veces al año Casa Salvador, en A Baña, con cuyos dueños le unía una gran amistad desde 1994

19 Dec 2024. Actualizado a las 10:47 h.

La relación de amistad forjada durante décadas por la familia de Salvador Villar y su mujer Merchi —del emblemático y centenario restaurante Casa Salvador, en A Barcala, en el concello de A Baña— con Marisa Paredes y su marido, Chema Prado, fue tan intensa que para ellos la actriz era prácticamente como de la familia. Por eso, su repentino fallecimiento ha dejado «huérfano» al Val de Barcala, que pierde a una de sus visitantes asiduas más ilustres, una «diva» como la define Salvador. «Non temos palabras ante a noticia da súa morte. Levaba vindo aquí desde o ano 1994, cando viñera por primeira vez con Bernardo Bertolucci, un día das festas das Neves, de Covas», señala Salvador, quien asegura que siempre la recordará como una persona «moi accesible», porque ella misma presumía de proceder de una familia humilde, «e sempre decía que era filla dunha porteira», algo que nunca escondía. Añade que, por algo cuando los clientes se le acercaban a pedirle una foto, «ela nunca poñía impedimentos. Era moi faladora e moi cariñosa», subraya Salvador Villar.

La última vez que Marisa Paredes estuvo en Casa Salvador fue en agosto pasado. Acostumbraba a venir al menos dos veces al año por Galicia, una en primavera y otra en verano. Su marido Chema es natural de Rábade, en Lugo. «En agosto cando estivo aquí por última vez, díxolle a miña muller Merchi de ir a México no 2025 porque eles ían moito alí, a visitar ao director Guillermo del Toro, con quen teñen moi boa relación. Falounos de programar unha viaxe xuntos», cuenta un Salvador muy afectado, al igual que Merchi, porque asumen que han perdido algo más que una amiga: «A Marisa gustáballe moito vir a Barcala, porque dicía que era moi bonita e sentíase moi a gusto desde que empezou a visitar a zona», relata un emocionado Salvador.

La vinculación de Marisa Paredes con Negreira y con A Baña data de comienzos de los años noventa del siglo pasado. Tanto la actriz como su marido, acompañados por el matrimonio Bertolucci, fueron invitados a conocer A Ponte Maceira. Allí descansaron unos días en el pazo propiedad del empresario Manuel Cereijo, natural de Rábade, al igual que el marido de Marisa. Después vendrían más visitas, como la del actor y productor de películas estadounidense John Malkovich, quien repetiría en la primavera del 2019 con su esposa Nicoletta para comer en Casa Salvador y, de nuevo, acompañado como la primera vez por Marisa Paredes. O también con un Javier Bardem que en los noventa empezaba a consolidarse en su carrera como actor.


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