La Voz de Galicia

Julio, el loro que consiguió que un joven con autismo de Dodro vuelva a salir a la calle

Dodro

Patricia Calveiro Santiago / La Voz
Ismael con su loro Julio paseando por las calles del casco histórico santiagués, una mascota que llegó a su vida a comienzos del 2023 y que ha supuesto un antes y un después en ella. La familia de este joven padronés, miembro de la banda de música de Catoira, destacan la inteligencia del animal, que empezó a hablar de forma muy prematura para su edad.

«Es una bendición, nos cambió la vida», afirma la madre de Ismael, de 22 años

22 Nov 2023. Actualizado a las 05:00 h.

Es domingo por la mañana. Ismael Nogareda se pasea por el casco monumental de Santiago con un monumental loro sobre su hombro izquierdo. Este joven nacido en Padrón y afincado en Dodro saca orgulloso a la calle a su mascota, como quien lleva a un perro, y se convierten en el centro de todas las miradas. Detrás de esta curiosa anécdota, que cualquiera comentaría al regresar a su casa, hay una bonita historia.

Ismael es autista, cuenta su madre, Isabel Rañó. Él tiene ahora 22 años y le diagnosticaron el trastorno a los 14, añade: «Fue demasiado tarde y recibió mucho bullying, sufrió mucho y se quedó muy, muy, dañado. Es complicado. Hasta que no te toca cerca no sabes lo que es el autismo y cada caso es distinto. De hecho, todo lo que yo leía no tenía nada que ver con lo que tengo en casa, donde convivimos con sus depresiones constantes. A los 16, cuando estaba en cuarto de ESO, tuvimos que sacarlo del centro educativo en el que estaba porque tenía crisis constantes. Empezó a aislarse cada vez más e incluso a querer suicidarse. Se encerró en casa y se negaba a salir. Llegó a estar dos meses sin pisar la calle para nada. No había manera». Ahora, cuenta esta dodrense, lo hace encantado junto a su colorida ave.

XOAN A. SOLER

Se llama Julio, nombre que le puso Ismael en un guiño a su tío. «Somos siete hermanos y el mayor, al que él le tiene especial devoción, se llama así», aclara su madre. Este nuevo integrante de la familia llegó a sus vidas a comienzos de año, cuando tenía apenas dos meses. Ni siquiera comía él solo y tenían que darle el alimento en la boca. «Julio es una bendición, nos cambió la vida. Desde que llegó, Ismael no paró de salir a la calle y siempre lo hace con él. Mi hijo estudia inglés y como mejor se comunica es cuando se encuentra con extranjeros. Al verlo con el loro, todo el mundo se le acerca a hablar. Yo trabajo en Padrón limpiando albergues y hasta hace unos meses había muchos peregrinos, por lo que él me acompañaba con Julio. Ahora ha bajado allí el turismo y lo llevamos su padre y yo a Santiago, porque además le gusta mucho la historia. Obviamente, sigue teniendo autismo y sus bajones, pero le encanta que vengan a preguntarle por Julio y que les hagan fotos. Le ves sonreír y no era lo habitual», cuenta ilusionada Isabel.

Su aplumado compañero de batallas, dice, «es un traviesote. Parece que sabe cuando él está triste y le da besos, le mordisquea la oreja o las chaquetas. A veces, lo despioja como si fuera otra ave, y él se harta de reír. Según Ismael, Julio es su mejor amigo y le cuenta sus cosas», añade. ¿Y cómo se les ocurrió que un loro podía ser de ayuda? «Estábamos llevándolo dos días por semana a terapia, porque lo necesitaba. Eran 180 euros y yo a duras penas conseguía juntar todo ese dinero y no veíamos grandes mejoras. Se me ocurrió meter un perro en casa para ver si ayudada, pero no fue efectivo. Luego pasé a unas ninfas y me di cuenta que Ismael tiene una sensibilidad especial con las aves. Fue una idea que se ocurrió a mí, después de intentar de todo, dándome un tortazo tras otro. Los terapeutas de la asociación de autismo Bata de Vilagarcía me decían que luchara para sacarlo a la calle y de esta forma lo logramos», responde Isabel, quien se esmeró en educar bien al animal desde el minuto uno para que fuese un aliado y no un problema añadido.

Esta mascota ha supuesto un antes y un después la vida del joven padronés, miembro de la banda de música de Catoira, y su familia destaca la inteligencia del animal, que empezó a hablar de forma muy prematura para su edad, según les confirmó el criador. Es cierto, reconoce Isabel, que desde que tienen a Julio la limpieza en la casa ya no es la que era, ya que anda suelto por ella, pero hasta ha servido para que Ismael se comprometa más en los quehaceres domésticos.


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