El yacimiento de Soesto es similar al de Borneiro, catalogado como BIC
Melide

La mayor parte del castro está en terrenos privados y no se podrá excavar
12 Nov 2014. Actualizado a las 05:00 h.
Que en Soesto había un castro lo sabía todo el mundo. El topónimo Castrelo no dejaba lugar a dudas, pero que el yacimiento es «interesante e importante», según palabras del arqueólogo Manuel Lestón, es algo nuevo. Ya se le vio el potencial en la primera fase de las excavaciones del área afectada por la mejora de la carretera de A Ponte do Porto a Laxe, pero los trabajos que se han reanudado ahora pueden dar lugar a sorpresas.
No serán demasiadas, porque la mayor parte del yacimiento está en terrenos privados, en una zona de monte que en los últimos 2.000 años de historial, desde que fue abandonado el poblado, debe haber conocido toda clase de repoblaciones y movimientos de tierra. Algo parecido ha ocurrido en la zona del acceso, en la que trabajan ahora los arqueólogos de la empresa Arkaios. Será la única área que vea la luz porque es la que está afectada por la carretera. El resto tienen propietarios particulares.
Por lo que ha visto Manuel Lestón hasta el momento, el conjunto de Castrelo tiene características muy similares a Borneiro, que está catalogado como BIC (Ben de Interese Cultural) y goza de protección. Las puertas de acceso son prácticamente idénticas y en ambas destaca el sistema de desagüe. Curiosamente, el conocimiento del acceso del castro cabanés también es relativamente reciente y los trabajos que allí se realizaron cambiaron la visión que había de los castros de la zona. Apareció una especie de sauna o zona de baños que era desconocida. Castrelo también promete novedades, aunque no en los 10.000 metros cuadradosde superficie total que se le suponen.
Al margen de que queda claro que los habitantes de Castrelo y de Borneiro debían tener relaciones estrechas, aunque todavía no se ha podido determinar de qué tipo, ambos conjuntos comparten la monumentalidad de las murallas. La que se ha desvelado en Laxe tiene una longitud de 45 metros y está muy bien conservada. Sin embargo, lo que más ha llamado la atención a los investigadores es el camino de acceso, pavimentado y con muro perimetral. La parte central está realizada con piedras sueltas, como cualquier camino de tierra, pero en los lados está empedrado. Tiene más de 20 metros de largo y es uno de los pocos que hay en Galicia. De hecho, Manuel Lestón solo recuerda con esta característica los de A Graña, en Melide, y Castrolandín, en Cuntis.
El equipo está trabajando únicamente en la muralla exterior, donde la posibilidad de realizar hallazgos importantes es bastante remota, pero esa es la que tiene que salvar la carretera, después de que Medio Ambiente y Patrimonio llegaran a un acuerdo sobre el trazado. El castro quedará afectado de todos modos, para evitar dañar ese camino tan raro en los castros gallegos los técnicos han decidido volar la carretera unos metros, por lo que la vía construida hace decenas de siglos se mantendrá debajo.
Ya en el 2012 se realizó una excavación de urgencia por las obras de la carretera y la de ahora es imprescindible porque para que la calzada vuele sobre el castro hay que colocar pilares en el yacimiento.