Los secretos ocultos de O Careón

Melide

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José Antonio Roca en un paseo por O Careón, donde confluyen A Coruña, Pontevedra y Lugo.

Con gente tan dispuesta como José Antonio Roca da gusto trabajar. Este vecino de Santiso, ahora jubilado y devoto cazador, ejerce amablemente de guía durante más de una hora por caminos imposibles de la sierra de O Careón para descubrir enclaves prácticamente ocultos que convierten ese espacio natural protegido por la Unión Europea en un gran desconocido dentro de su propia casa. La confluencia de las provincias de A Coruña, Pontevedra y Lugo en la desembocadura del río Seco en el cauce del Ulla es uno de esos rincones que esconde la sierra, que comparten los municipios de Melide, Santiso y Toques, los lucenses de Palas de Rei y Friol, y el pontevedrés de Agolada.

En esa frontera natural concluye la ruta que dirige José Antonio para enseñar, con orgullo, sendos puentes que pusieron al descubierto desde el colectivo que preside: el de cazadores de Santa María de Barazón. «Despois as sociedades estamos mal vistas», reprocha el hombre luego de contar que fue la entidad que agrupa en Santiso a cerca de ciento cincuenta aficionados a la práctica cinegética la que propuso al gobierno local de ese ayuntamiento aprovechar una convocatoria autonómica de ayudas destinada a acondicionar caminos en la Red Natura para convertir en accesible el que conduce hasta el conocido como puente de Bacariza. Se localiza en la parroquia de Barazón, al igual que el llamado puente de O Roncón, el otro paso de piedra de O Careón al que solo llega quien conoce el camino.

El paseo, sobre ruedas y en todoterreno -no lo intente en un turismo al uso-, descubre en el espacio natural catalogado como Lugar de Interés Comunitario (LIC) un potencial turístico sin explotar. José Antonio Roca reconoce que «esto estache moi sagrado, non te podes saír fóra das normas que che piden», afirma en alusión a las estricta normativa que restringe actuar en O Careón al ser una sierra protegida, pero «quedará abandonado para sempre porque xa cando se fixo a parcelaria, ninguén se acordou de todo o que aquí hai», lamenta el hombre. Fue él quien puso en conocimiento del director del museo comarcal de Melide, Xosé Manuel Broz, la existencia de los puentes abandonados de O Careón. Según explica el historiador y estudioso de la comarca, son estructuras rústicas, de construcción popular, pero no por ello exentas de valor. «Son modelos a conservar porque forman parte do patrimonio etnográfico e cada vez quedan menos», apunta Broz para explicar que «foron quedando abandonadas ao ser substituídas polas novas estradas». De hecho, «son testemuña dos vellos camiños reais», añade para destacar que «no límite da Rede Natura en Barazón, localízase o antigo camiño real a Melide, moi ben conservado no seu trazado».

Amén de las anotaciones históricas, el director del museo comarcal de Melide apunta que el patrimonio desprotegido de O Careón «non está só». Se refiere a que «forma parte dun conxunto a protexer, onde, ademais de medrar a planta endémica Santolina Melidensis, pode haber restos de mámoas como as que houbo en Barazón e hai unha colonia de corvos mariños negros», cuenta. Por eso, Xosé Manuel Broz también aboga por «protexer máis os camiños que hai para poder acceder facilmente» a los lugares con encanto de O Careón.