La Voz de Galicia

La rehabilitación integral de un edificio de Padrón pone en el mercado viviendas en alquiler

Padrón

Uxía López Padrón

El titular invirtió un millón de euros en la compra y en las obras del inmueble, que tiene un bajo comercial y dos pisos muy grandes

10 Nov 2024. Actualizado a las 15:23 h.

El casco histórico de Padrón gana y mucho con la rehabilitación integral del edificio número 9 de la calle Castelao, frente al Paseo del Espolón, un inmueble más conocido como el de A Lareira, por albergar en la planta baja durante muchos años el bar de dicho nombre. El edificio llevaba alrededor de cuatro décadas sin habitar y estaba muy deteriorado, sobre todo el interior. Lo cuenta el titular del inmueble y promotor de la obra, José Manuel Magariños, natural de Herbón aunque reside en Vigo desde hace muchos años.

Él es el administrador único de la sociedad limitada Magariños Montes Investments, a través de la cual adquirió los dos inmuebles y promovió su recuperación, todo ello con una inversión de un millón de euros, según cuenta el titular. Este desvela, además, que detrás de la obra de rehabilitación existe un componente sentimental ya que era la casa de su abuela y en ella reunía a los primos por las fiestas de Pascua, incluido el propio José Manuel Magariños.

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Antiguamente, todo el edificio era una única vivienda, que perteneció a los bisabuelos y a la abuela de Magariños, quien tenía una tienda de ultramarinos en la planta baja. Con el tiempo, acabó convertida en dos y en enero de 2021, José Manuel Magariños adquirió una de las viviendas a unos familiares y meses después compró la otra a una familia.

El proyecto de rehabilitación, que está firmado por Antonio Ameijeiras Sánchez y Rogelio Pérez Conde, con estudio de arquitectura en Vigo, las unió y ahora es un único edificio de planta baja y dos pisos, estos últimos destinados a vivienda para alquiler . El bajo, con dos entradas distintas, una a la calle Castelao y otra a la plazuela Camilo José Cela, tiene en torno a 120 metros cuadrados y las viviendas, unos 150 cada una. Además, la de la segunda planta es un dúplex y tiene una pequeña terraza exterior con vistas a la plaza de Macías.

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José Manuel Magariños explica que se podrían haber hecho más viviendas, pero que serían muy pequeñas y no tendrían las comodidades ni los servicios que tienen las dos que hay habilitadas. El titular está esperando la licencia de primera ocupación del Concello para incluirlas en el mercado del alquiler tradicional. Cuando adquirió las casas, hizo un estudio de mercado para ver la posibilidad de dedicar el edificio a hotel-boutique, «pero non daban os metros. Parece unha casa grande pero non o é tanto e non daba para o proxecto que eu quería». Por ello, se decidió por el alquiler tradicional, algo de lo que está muy necesitado Padrón, aunque en este caso son viviendas contemporáneas de nivel alto, pero el titular ya tuvo consultas porque, señala, «Padrón é un centro importante de negocios e hai mercado para este tipo de vivenda».

La rehabilitación respeta al máximo la esencia del edificio, incluida la impresionante galería con vistas al Espolón, que reproduce la original. Así, según cuenta su promotor, las carpinterías supusieron el 20 % del coste de la obra de rehabilitación. También aprovecha maderas del antiguo inmueble, con las que hizo la tarima del suelo, y hasta el material del mostrador del ultramarinos de la abuela, que ahora son las encimeras de los lavabos de los baños.

Para las obras, José Manuel Magariños contó con empresas del entorno de Padrón. El titular del edificio asegura que hizo la rehabilitación «con moito cariño» y está «moi contento» con el resultado y con haber tomado la decisión de restaurar el inmueble familiar. Así, está convencida de que su abuela también estaría orgullosa de verlo rehabilitado.

El edificio es ahora un espejo o un ejemplo para muchos otros de características similares que están en ruina o camino de ella en el casco histórico de Padrón. Ver este inmueble rehabilitado invita a pensar en como sería la zona antigua de Padrón con todos los edificios restaurados, con toda la belleza que ello supondría dado el número de inmuebles que hay y la arquitectura tradicional que tienen. A ello habría que sumar el número de nuevas viviendas que ganaría Padrón si se rehabilita todo lo que se cae o no está habitado. 


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