Esther Ferreiro, vidriera: «O vidro é fráxil? Tíroo ó chan»
Santa Comba
Con taller en Santa Comba y demostración en vivo en el Castillo de Vimianzo, suma más de veinte años de experiencia elaborando joyas a base de este material
29 Jun 2022. Actualizado a las 05:00 h.
Esther Ferreiro Romar, natural de Santa Comba (1967), es la única vidriera en activo de las comarcas del Xallas y la Costa da Morte. Se dedica a hacer joyas de todo tipo (colgantes, pulseras, anillos, pendientes...) con el prestigioso vidrio de Murano, Italia, conocido por su calidad y sus brillos, explica la artesana. Lleva desenvolviendo este oficio más de veinte años, casi los mismos desde que aterrizó en el Castillo de Vimianzo para formar parte de la muestra de artesanía viva. El taller lo tiene en su tierra natal, donde también expone sus creaciones, curiosamente, en un bar de copas que regenta. Se formó como auxiliar administrativa y mismo llegó a desempeñarse como tal en el Servizo Galego de Saúde (Sergas), pero el difícil mundo de las oposiciones le hizo decantarse por buscar «outro camiño», cuenta. Fue en ese momento cuando descubrió este material y quedó «marabillada».
No tenía antecedente alguno vinculado al sector en su entorno. No obstante, pasó por la Escola Galega do Vidro y la de Artes e Oficios Mestre Mateo, ambas en Santiago, así como por la Real Fábrica de Cristales de La Granja, en Segovia, e incluso a día de hoy sigue formándose para «poder controlar máis técnicas», comenta.
Primeramente funde la sustancia con un soplete de oxígeno y propano. Ella trabaja con varillas de vidrio de una infinidad de colores. Para ir elaborando las cuentas, pequeñas piezas, y darle forma, hace uso de un mandril y de una varilla de acero. El siguiente paso es cocer la figura en un horno a 500 grados de temperatura y como mínimo durante una hora para que quede «macizo». Luego hay que dejar que enfríe lentamente —por lo menos diez horas, matiza la artesana—, para iniciar el montaje en plata de ley, el metal que Ferreiro Romar escoge para sus diseños, lo cual también supone otro cuidado proceso. Es una práctica detenida, pero no extremadamente dificultosa, asegura.
Los productos de esta xalleira son muy variados, si bien su línea se distingue, principalmente, por incluir el característico mineral mica moscovita de una mina cercana. También por la trabajada técnica de filigrana (hilos muy finos de vidrio superpuestos) y sus figuras de la concha del peregrino santiagués, las higas, los dedales o los animales. Entre estos últimos, destaca la mariquita, insignia de su marca.
Esther considera que el trabajo que desempeñan los vidrieros es reconocido y tendrá relevo. No obstante, apunta a que el problema es que «non se nos ve demasiado». Les falta visibilidad, pues. Por ello en este Año Internacional del Vidrio participa en una exposición itinerante por España. Ella se da a conocer, también, por internet, y pone fin a un mito: «O vidro é fráxil? Iso me di algunha xente. Cólloo, tíroo ó chan e non rompe!».
En clave
Un prestigioso vidrio: El precio del vidrio de Murano va desde los 25 euros hasta los 300.
Piezas trabajadas: El coste de las obras de Esther se mueven desde los 12 hasta los 150 euros.