Galicia aplica la realidad virtual para tratar enfermos de párkinson

El paciente quiere, pero no puede. Por mucho que el cerebro dé la orden es incapaz de seguir a voluntad unos movimientos rítmicos, de alcance o de marcha. Es lo que les ocurre a los pacientes de párkinson, que aunque intenten realizar repetidamente los movimientos cotidianos no siempre consiguen que el cerebro les obedezca. Al menos es lo que les sucede en un entorno real. Entonces, ¿por qué no probar con otra alternativa? Esto es lo que ha hecho el grupo de Neurociencia y Control Motor de la Universidade de A Coruña (NEUROcom) que, en colaboración con el Instituto de Investigaciones Tecnológicas de la Universidade de Santiago, ha desarrollado una terapia innovadora que mejora el movimiento de los enfermos de párkinson en una realidad virtual. El trabajo, en el que también ha participado el responsable de la unidad de Párkinson del Chuac, Carlos García Sancho, ha sido publicado en la revista científica PLoS One.

«Ao cerebro se lle busca unha vía alternativa que posibilita, por imitación, estimular os mecanismos de control do movemento», explica Pablo Arias, uno de los investigadores del equipo. La activación de esta ruta alternativa era la hipótesis de la que partía el grupo y la realidad parece darles la razón.

El enfermo se coloca delante de un ordenador conectado a varias cámaras que, desde diferentes ángulos, captan el movimiento de los sensores habilitados en la muñeca y en el dedo. También se le pone unas gafas que posibilitan la visión estereoscópica (en tres dimensiones) y le permiten integrarse en el mundo virtual, en donde se percibe a sí mismo reproduciendo los movimientos que por indicación de los investigadores ejecuta en la realidad. Luego solo tiene que imitar los ejercicios que le plantea el ordenador: ahora más lentamente, ahora con mayor amplitud de movimiento... Una minucia para cualquiera, pero un auténtico desafío para los parkinsonianos.

Imitación virtual

«Do que se trata -dice Arias- é de reaprender o movemento por imitación virtual». La terapia presenta la ventaja de que los investigadores pueden seguir la evolución del paciente en Internet. De momento se está ensayando el reaprendizaje de los movimientos rítmicos en ocho enfermos y en otras ocho personas que sirven de control.

«También podemos estudiar qué está pasando en su cabeza mediante electroencelografías y en su musculatura con electromiografías y analizar los datos que se registran en laboratorio», destaca Javier Cudeiro, el responsable del grupo. Ahora, con el mismo método, se prueba la repetición de los movimientos de alcance del brazo y más adelante se hará lo propio con la marcha. En esta novedosa terapia, en fase de patente, colaboran las becarias Verónica Robles y Yoanna Corral, que harán su tesis a partir de los resultados del ensayo.