La Voz de Galicia

Alejandro Gómez: «Gústame explicar o que fago, que non pensen que ando perseguindo pedras»

Santiago ciudad

susana luaña santiago / LA VOZ

Alumnos de toda España eligieron al investigador de la USC como uno de los mejores divulgadores de ciencia

23 Nov 2018. Actualizado a las 05:00 h.

Enfrascado en la dinámica de las costas rocosas, especialidad a la que dedica su trabajo de investigación dentro del grupo Ambiosol, del departamento de Xeografia de la USC, Alejandro Gómez Pazo compatibilizó durante diez estresantes, pero también apasionantes días, sus obligaciones como investigador con su afición como divulgador científico. Le valió la pena, porque los estudiantes con los que chateó como participante en el concurso Somos científicos, organizado por la fundación Fecyt, EduCaixa y la Obra Social La Caixa, lo convirtieron en ganador de la Zona Argón y lo colocaron en la orla de los mejores divulgadores científicos jóvenes de España.

El concurso se desarrolló del 5 al 16 de noviembre a través de una plataforma informática desde la que 2.401 estudiantes de toda España plantearon a 30 científicos 1.522 preguntas a través de 113 chats. «Eu participei nuns 25 chats, máis ou menos. Eran rapaces desde quinto de primaria a segundo de bacharelato, e cada día atendía tres ou catro chats». El desafío no iba exento de dificultad, porque los encuestadores eran de edades muy diferentes y de grupos dispares que no paraban de formular preguntas. Pero Alejandro Gómez supo salir airoso, y eso que «nunca sabías por onde ían saír».

Algunas preguntas se repitieron de forma recurrente: «Que canto gañaba ou que se xogaba a Fortnite». Algunas veces se vio solo ante el peligro y otras, acompañado de concursantes tan curiosos como un experto en ataques informáticos, una investigadora del cáncer, un informático, un astrofísico o un joven que estudiaba las propiedades del aceite. Pero fue Alejandro el que mejor empatizó con sus exigentes interlocutores y el que más airoso salió de preguntas asociadas a su trabajo pero planteadas desde la perspectiva de una mente adolescente: «Preguntaban que se me bañaba cando traballaba». Porque buena parte del trabajo de este investigador de la USC se ubica en las costas, donde estudia los movimientos de las rocas. «Díxenlles que o que facía servía para poder xestionar o territorio e evitar problemas como os temporais, que saber cara onde van as rochas axúdanos a xestionar o espazo. Gústame explicar o que fago, que non pensen que ando perseguindo pedras como preguntou algún».

No tiene una idea clara de por qué gano él, teniendo en cuenta que no es fácil explicar los objetivos de su investigación, pero cree que fue por cercanía, que fue capaz de empatizar con los estudiantes. «Preguntaban tamén polo meu pasado, por como me fora no bacharelato, e eu non fun un bo estudante, así que ao mellor, sentíronse identificados, porque están nunha idea que moitos non sabían o que ían facer».

Fueron diez días de vértigo, porque algunas veces las preguntas eran tan rápidas o lo acribillaban de tal forma con sus curiosas interrogaciones, que Alejandro se tenía que llevar el trabajo a casa «e contestarlles pola noite». Pero así fue cómo se hizo con uno de los premios de Somos científicos, una iniciativa que se vale de las redes sociales para divulgar la ciencia.

El premio consiste en 500 euros que el ganador tendrá que invertir en una iniciativa de divulgación científica. El investigador gallego ya sabe qué va a hacer: «Vou crear unha páxina web sobre a miña especialidade para contar nela como é a investigación que fago, porque unha das cousas que lles chamou a atención tamén é que traballo con imaxes tiradas desde drons, e os rapaces pensaban que eu traballaba con drons. Non vai ser fácil porque hai que tela actualizada, pero vou tentar poñela en marcha en decembro. Os resultados teñen que estar nun ano».

Le gusta divulgar la ciencia, ya lo hacía a través de otros investigadores a los que seguía en las redes sociales. Y aunque su objetivo inmediato es finalizar su tesis, no abandonará esta otra pasión que lo convierte en pregonero del conocimiento.

 


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