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Doce horas en Santiago: recorrido definitivo para no perderse nada al visitar la ciudad en Semana Santa

Vivir Santiago

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El mirador del Árbol en el parque de la Alameda es uno de los más visitados.

La mañana es para recorrer las calles de la zona monumental con rumbo fijo y para adentrarse en la Catedral. Después de comer, la tarde está dedicada a pasear por los parques y a las actividades culturales. Antes de volver a casa, una buena cena

28 Mar 2024. Actualizado a las 20:55 h.

Tanto para los que vienen de vez en cuando, en el momento en el que es posible una escapada, como para los que visitan la ciudad por primera vez esta Semana Santa, Santiago se alza como un gran tesoro a descubrir. También para sus vecinos, porque al final siempre hay algún recoveco inexplorado que, de un día para otro, pasa a formar parte de su vida cotidiana en la capital: una esquina donde crecen las flores al entrar la primavera, una cafetería que acaba de abrir o incluso algún detalle de piedra escondido en una fachada del casco histórico. Santiago aparece en los libros que se estudian desde el colegio, está presente en el boca a oreja y, ¿quién no recibió alguna vez un suvenir en forma de imán o de postal con la foto de la Catedral? 

Sin embargo, la ciudad es mucho más que la Praza do Obradoiro y que el Camino: existen tantos puntos de interés como miradas personales. Por eso, cuando se acerca una jornada de descanso, nunca está de más organizar la mañana y la tarde para (re)descubrir la ciudad. Desde diferentes rutas para recorrer el casco histórico hasta una lista de edificios monumentales que vale la pena visitar, contemplando opciones donde hacer una parada para comer y para cenar, a continuación, un plan por horas para no dejar nada desatendido. ¿Y si llueve durante estos días? Desde MeteoGalicia anuncian precipitaciones para la semana, pero en Santiago, además de existir los paraguas, hay también múltiples opciones para disfrutar de los festivos a cubierto y sin mojarse

Un grupo de turistas, con paraguas y chubasqueros, este lunes en la plaza del ObradoiroXoán A. Soler

Llegada a la ciudad: desayuno y ruta por los edificios del casco histórico

Para visitar monumentos, en Santiago hay mucho más que la Catedral. En la zona monumental, las calles de piedra esconden edificios de alto valor histórico y arquitectónico que, muchas veces, pasan desapercibidos. Para comenzar la ruta, nos situamos en la Praza de Mazarelos, a la que se llega desde la estación intermodal subiendo por el Hórreo y continuando por Virxe da Cerca. A partir de ahora, los pasos siguientes estarán conectados entre sí, siguiendo un camino. Ahí está el Arco de Mazarelos, el único que se conserva de la muralla medieval que encerraba la ciudad y cuyo límite correspondía, más o menos, al casco histórico actual. Qué mejor manera, y simbólica, de comenzar esta ruta por la ciudad. 

Entrando en la plaza están las facultades de Filosofía y de Geografía e Historia. Esta última, conocida por su fachada neoclásica, alberga un claustro en su interior y la biblioteca de la última planta, con sus estanterías que llegan hasta el techo, no es solo un lugar de reunión para los universitarios, si no un punto de visita obligada para turistas y curiosos. Justo al lado está la Igrexa da Universidade, de la que no solo interesa la fachada, sino también por dentro, ya que alberga retablos barrocos y alguna que otra exposición universitaria. No está de más señalar que en la Praza de Mazarelos son concurridas a la hora del vermú las terrazas de los bares, ya que cuando hace buen tiempo da de lleno el sol. Aunque, atendiendo a las previsiones de MeteoGalicia, todo apunta a que esta Semana Santa van a estar recogidas.

 Continuando con el recorrido, a unos cuantos pasos está la Iglesia de San Félix de Solovio, uno de los templos compostelanos más antiguos. Consta de un campanario con un característico relieve en el que se representa la Adoración de los Magos. Pegada está la Praza de Abastos, lugar de interés arquitectónico más allá de albergar diferentes puestos de alimentación. Siguiendo en línea recta por la Rúa das Areas está el convento de San Agustín, del que llaman la atención sus torres inconclusas, y siguiendo por la Rúa Travesa se llega a la Iglesia de Santa María del Camino, con un óculo acristalado en su fachada y un retablo del siglo XVIII en su interior.

A partir de aquí, la ruta se puede continuar saliendo del casco histórico, con una breve parada en el Convento de San Domingos de Bonaval, que da acceso al Museo do Pobo Galego, y en la Igrexa de San Domingos de Bonaval, una obra de transición entre el románico y el gótico que alberga el Panteón de Galegos Ilustres. Esta parte del recorrido también se puede hacer a la tarde, ya que es típico ver desde el parque que hay subiendo la cuesta, sentados en el césped, la puesta de sol sobre la ciudad de Santiago, algo que se explicará en los puntos siguientes de esta guía. En la zona también está el Centro Gallego de Arte Contemporáneo, que en estos momentos alberga una exposición sobre el pintor lalinense Antón Lamazares

Un grupo de personas toma el sol en el parque de Bonaval en Santiago durante el pasado enero.Sandra Alonso

Otra vez en la zona monumental, recuperando la ruta donde se había dejado, en el Mercado de Abastos, y continuando por la Rúa do Preguntoiro, se desemboca en la Praza de Cervantes. Siguiendo por la Rúa da Troia está la Casa da Troia, antigua pensión de estudiantes inmortalizada por Pérez Lugín en su novela homónima. La calle desemboca en la Praza de San Miguel dos Agros, donde está la Casa Gótica, una de las pocas muestras de arquitectura gótica en la ciudad, que alberga en su interior el Museo de las Peregrinaciones. Tampoco se debe dejar de caminar por la Rúa das Casas Reais, donde se encuentra el Pazo de Fondevila, la iglesia de las Ánimas, de corte neoclásico, y, en la calle que lleva el mismo nombre, la iglesia de San Bieito do Campo. En la zona y justo antes de bajar hasta la Praza do Obradoiro está el convento de San Martiño Pinario, y caminando por la Rúa de San Francisco, la histórica facultad de Medicina y, al final, el convento de San Francisco

A media mañana: visita a la Catedral

Como no, aunque sea lo más típico, una visita a Santiago no termina de ser sin su pase a la Catedral. Sobre todo, tratándose de las festividades de Semana Santa, para no descuidar la parte religiosa. La basílica, a la que se accede por la Puerta de Platerías, abre todos los días de siete de la mañana a nueve de la noche. Además de ver el sepulcro del Apóstol por cuenta propia, también se pueden reservar visitas guiadas al museo, al Pórtico de la Gloria, a las cubiertas y a la torre norte.

Visitantes en las cubiertas de la catedral de SantiagoPACO RODRÍGUEZ

 A mediodía: parada para comer sin salir de la zona vieja

Cómo no, al salir de la visita de la Catedral, la Rúa do Franco y los alrededores, donde se encuentran los establecimientos hosteleros más típicos de la ciudad, están en su momento álgido del día. Tanto para tomar unas tapas como para comer platos consistentes, cualquier opción es buena. Atraen los alimentos y los mariscos expuestos en los escaparates. También el bullicio de dentro, que hace ver la cara más viva de la ciudad. En la Rúa do Franco están, por ejemplo, A Taberna do Bispo, A Barrola, A Charca o A Noiesa. Metiéndose por la Rúa da Raíña, están, por ejemplo, el Orella, el Dubra o el María Castaña. Sin salir demasiado del perímetro, también hay opciones veganas y para celíacos, que se pueden consultar en los enlaces adjuntos sobre las palabras. Luego, de postre y si el tiempo acompaña, en el casco histórico, por la zona de Porta Faxeira, hay unas cuantas heladerías para elegir entre los sabores más variados. Para el café, tanto en la Rúa do Vilar como en la Rúa Nova hay cafeterías con interiores dignos de hacer una visita.

Rua do Franco, em SantiagoSANDRA ALONSO

Después de comer: un paseo por los espacios verdes para aprovechar los rayos de sol

La primavera llegó a los parques y a los jardines de Santiago, con las plantas floreciendo y el verde iluminado. Para un paseo después de la comida, si esta se hizo por las calles del casco histórico, está al lado el conocido Parque de la Alameda, con sus conocidas Marías, un buen puñado de estatuas, vistas a la Catedral ideales para una fotografía o el conocido banco de los enamorados. Aparte, además de las zonas verdes para descansar, en lo alto de la carballeira está la Iglesia de Santa Susana.

Turistas en el parque de la Alameda, con vistas a la Catedral de Santiago.PACO RODRÍGUEZ

Saliendo del casco histórico, como ya se mencionó anteriormente, está el parque de Bonaval, ideal para contemplar sentado en la hierba la puesta de sol sobre los edificios de la ciudad, que, como se trata de una emplazamiento con cierto grado de elevación, se ven en perspectiva. El parque de Belvís es otra opción si se quiere abrir el núcleo de visita. Como curiosidad cuenta con un laberinto y, de paso, se puede visitar el Convento de Belvís. Bajando desde la Alameda está el parque de Galeras, que se extiende a los márgenes del río Sarela.

La tarde para actividades culturales

En los diferentes puntos de la ciudad, están disponibles las siguientes exposiciones:

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