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A la búsqueda de las habitaciones en alquiler más baratas de Santiago: «Empecé con un presupuesto de 150, pero tuve que ir subiendo progresivamente»

Vivir Santiago

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Encontrar piso en Santiago es cada vez más complicado debido a la escasa oferta y al incremento de precios.

Mientras que los universitarios intentan dar con las opciones más económicas, las inmobiliarias de la capital explican que encontrar una habitación por la zona del Ensanche por menos de 200 euros se trataría de una «excepción»

29 Jun 2024. Actualizado a las 10:40 h.

En una mañana, Rocío F. ha llamado a cinco inmobiliarias diferentes. En un principio busca piso en Santiago para ella y para su compañera, pero cuenta que también les sirve con encontrar viviendas de tres o de cuatro habitaciones. El motivo es que parten de un presupuesto que ella misma denomina como «reducido», y les está resultando «complicado» dar con opciones que se adecúen a él. Por eso, entre subirlo y convivir con una o con dos personas que comienzan siendo unos completos desconocidos, se queda con el segundo planteamiento. «No queríamos pagar más de 150 euros, pero viendo lo visto nos sirve con no llegar a los 200. Quedarnos, por ejemplo, en 175 o 180 euros al mes», dice esta joven, que prefiere no aportar más datos acerca de su identidad real. Si el piso es compartido entre dos, no querían que superara los 300 euros. Si es entre tres, los 450. Si es entre cuatro, los 600. Pero, ¿existen habitaciones tan baratas en Santiago?

Ambas jóvenes, que han vivido tres años con pausas de por medio en Compostela, piensan que «los pisos están cada vez más caros». «Cuando empezamos, buscando con tiempo, te podías encontrar cosas mucho más asequibles. En primero de carrera, para mí era impensable pagar 300 euros por una habitación», continúa. Al preguntar a las inmobiliarias de la capital sobre si es posible encontrar una habitación por menos de 200 euros en la zona del Ensanche —la preferida por los universitarios—, responden con el factor temporal: «Hoy en día, no».

Atestiguan la subida de los precios y que ya no es realista pretender encontrar habitaciones por el mismo valor económico de hace dos, tres o cuatro años. «Salvo alguna excepción rara que pueda surgir, lo normal es que las habitaciones estén por encima de los 200», explican desde la inmobiliaria Best House, situada en la Praza de Vigo. «En el Ensanche no bajan de 300 y en campus norte, de 200. Si hay por menos, nosotros no lo tenemos», añaden desde la inmobiliaria SV, en la avenida de Rosalía de Castro.

Desde la  la Asociación Galega de Inmobiliarias contaban a La Voz que en la zona de Ensanche compostelano las subidas para el curso académico que entra podían ir desde los 50 hasta los 100 euros. Explicaba que los precios de los pisos de dos habitaciones se encontraban entre los 500 —250 por habitación— y los 600 —300 por habitación—, mientras que los de tres estancias andaban por el umbral de los 800 y 900 euros, es decir, de 260 a 300 por habitación. Los de cuatro no bajan de 900 o 1.000 euros, lo que supone 225 o 250 por habitación. 

Las inmobiliarias concuerdan en que, de encontrarse un piso con las habitaciones por menos de 200 euros, sería una excepción en el mercado, un golpe de suerte para los inquilinos. También que, de pretender vivir en lugares tan baratos en comparación con el resto, uno tiene que saber con lo que se va a encontrar. Darío M. enseñaba a La Voz su piso en la calle Santiago de Chile. Eran cuatro y pagaban en total 650 euros, unos 150 por cabeza. En el reportaje, el joven denunciaba las condiciones de la vivienda, sin luz exterior. Tanto las habitaciones como la cocina daban a un patio de vecinos y, en las que tenían las ventanas más pequeñas, la luz de la lámpara tenía que estar encendida todo el día. «Por esta zona es difícil encontrar y hay pisos que doblan en precio lo que pagamos nosotros (...) Se nota que es viejo y eso hace que sea más barato de lo normal por aquí», explicaba el joven.

Una de las habitaciones deL piso, la que tiene la ventana más grande de todas. Da a un patio interior y, pasadas las siete de la tarde, todo se ve oscuro.

Los que buscan ahora, también son conscientes de lo que se estila entre los alquileres universitarios. Paula empezó buscando habitación al comenzar el mes de junio con un presupuesto inicial de 150 euros, aunque, semanas después, eleva la cantidad. «Si no queda otra, habrá que pagar un poco más», explica. «Pensé que podría encontrar por 170 o por 180 euros, que como todavía no se habían liberado los pisos llegaba a tiempo, pero el problema no es la época, que también, si no que no hay esos pisos que yo estaba buscando», continúa. A través de los grupos de WhatsApp que ponen en contacto a los estudiantes en la búsqueda de habitaciones, encontró dos viviendas que se adecuaban a su presupuesto. «Somos tantos los que buscamos cosas económicas que, cuando les hablé, ya tenían el cuatro ocupado», dice la joven. 

Busca, preferiblemente, por el Ensanche, aunque tampoco le importa quedarse por la zona vieja o, por el extremo contrario de la ciudad, desplazarse hasta Conxo. informan desde las inmobiliarias que, para los universitarios que estén dispuestos a estar algo más lejos de la facultad, son las zonas más baratas para vivir. Aunque ya haya jóvenes en la búsqueda y captura de piso, el 1 de julio será el día grande. Es la fecha en la que se liberan los alquileres, firmados desde septiembre para los diez meses que dura el curso. Los que quieren llegar con algo firmado antes de esa fecha, apuran las últimas oportunidades.


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