«Ni Black ni Block... aquí solo hacemos Blas Friday»: la parodia de un comerciante de Santiago que reivindica que el arte «non precisa de descontos» e invita a reflexionar
Vivir Santiago
Luis de Castro, de Devoltaemedia, una tienda de artesanía y distintos diseños de la rúa de San Pedro, lucha desde hace seis años contra la campaña del Black Friday que, entiende, solo beneficia a las multinacionales, y no al pequeño comercio, como era su intención inicial
29 Nov 2024. Actualizado a las 10:18 h.
Lleva seis años luchando de una forma diferente contra el Black Friday, la campaña que califica de «fiesta del consumismo compulsivo (muchas veces con engaño)» y que, entiende, «deja al pequeño comercio muy al margen». «Aún lo comprobé ayer, dando una vuelta por el Ensanche, por la rúa Xeneral Pardiñas. Había gente en las tiendas de esa calle, pero solo en las de las grandes cadenas, no en pequeños comercios», sostiene Luis de Castro, el vigués de alma santiaguesa, que, en los últimos años, ganó eco en la capital gallega con Devoltaemedia, una tienda que nació en la rúa das Rodas solo como artesanía, con muchos diseños y productos inspirados en Las Marías (las hermanas Fandiño eran dos clientas habituales de la confitería La Favorita, que el abuelo de Luis de Castro tenía en la compostelana rúa Bautizados), y que en los últimos años, y ya en la rúa de San Pedro, abrió más el abanico a otros productos y recuerdos.
«La campaña del Black Friday, que nació en los Estados Unidos en los años 60 para potenciar las ventas del comercio minorista —muy afectado por la crisis de la época—, ha derivado en los últimos años en unos días locos del consumismo, que solo beneficia a las multinacionales», contrapone Luis de Castro, recordando que, en el 2018, cuando su tienda-taller aún estaba en la rúa das Rodas y era solo de artesanía, bastante gente se extrañaba si en estos días de noviembre no se le hacía un descuento. «A mí me dolía que la gente normalizase que un trabajo hecho mano por distintos artesanos también tenía que venderse con descuento», reflexiona.
Fue a partir de ello cuando, admite, barruntó y puso en marcha su Blas Friday, una parodia con la que, de una manera distinta, defiende sus ideales y lucha para que en estos días también se tenga en cuenta al pequeño comercio. «Parece el todo o nada; o estás en la campaña del Black Friday, o te quedas fuera, no vas a vender. Por ello, y frente a unos carteles en blanco y negro que van contra mis ideales, decidí apostar por otros del Blas Friday, con la imagen del personaje de Barrio Sésamo, en los también reivindico el valor del arte. Esa campaña sorprendió ya en la tienda de la rúa de San Pedro con un escaparate en el que proclamaba que ''Ni Black, ni Block, que aquí solo hacemos el Blas Friday''», asegura, mostrando también imágenes de otros años en los que Blas se acompañaba de este lema: ''Porque somos dos que pensan que a Arte non precisa de descontos, nin de rebaixas. O seu verdadeiro valor non se mide en euros''.
En este 2024 Luis de Castro volvió a apostar por su Blas Friday, una iniciativa que, admite, vuelve a no pasar desapercibida. «A la gente le hace gracia y algunos me dicen que les hace reflexionar. Ojalá hiciese mella y ayudase a pararse ante esta vorágine...», razona el artesano y comerciante, aclarando que las rebajas que se anuncian ahora en su escaparate, como la de las mochilas y bolsos a 20 euros, se deben a la necesidad de liquidar la mercancía ante el inminente cierre del comercio. «El 28 de diciembre liquidamos de forma definitiva. Ahora es el momento de intentar vender todo», avanza con pesar ante un anunciado adiós en el que se concatenaron diversos factores, como la pandemia, la inflación o el hecho de que «la gente cada vez da menos valor a los trabajos artesanos, de diseños o con cierta exclusividad».
«Recibo el calor de los vecinos, que lamentan que estos comercios desaparezcan, pero hay que despedirse...», incide, aclarando, aún así, que su tienda sí pervivirá de forma online. El comerciante también aclara que, a partir de enero, se centrará en su faceta como escaparatista profesional, un saber del que de nuevo dejó constancia este otoño con su Blas Friday.