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Estos otros locales de «brunch» en Santiago son la solución para esas horas en las que ya es tarde para desayunar pero temprano para comer

Vivir Santiago

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Parte del equipo de Café La Morena.

Con opciones que van desde el dulce hasta el salado, los establecimientos que ofrecen esta modalidad coinciden en que, al terminar, nadie se queda con hambre

01 Dec 2024. Actualizado a las 22:00 h.

Los apasionados del brunch están de suerte. Es la costumbre gastronómica de moda en las redes y la lista de establecimientos que se suman a la tendencia no para de crecer. En Santiago, el abanico de opciones es de lo más variado y completo. El último nombre en unirse a los ya existentes es el de la popular cadena Lola&Lía Brunch&Lunch, que abría ayer sus puertas en Área Central ante la expectación de algunos clientes que, para asegurarse un sitio, llenaron el local desde las nueve de la mañana. Hace un par de semanas contaba Nazareth Silva, una de las dos hermanas viguesas que está tras la firma, que allí se podía brunchear desde las ocho y media de la mañana hasta las nueve de la noche. También destacaba la presencia en la carta de dulces calientes y fríos, caseros, con los que desayunar, merendar, comer o cenar.

Lo cierto es que, aunque el brunch esté pensado para media mañana, en Santiago hay opciones para cada horario y gusto. Fusionar desayuno y comida —incluso llegando a la merienda y a la cena— nunca fue tan fácil. En la carta de Lola&Lía hay desde bowls de yogur, fruta o açaí hasta tostadas que van desde las más tradicionales, como las de tomate y jamón, hasta las más novedosas, como una de pan brioche, queso crema, nueces, miel y semillas de chía. Tienen también un apartado de salados, donde se encuentran los huevos, los sándwiches y los bagels, y otro de dulces, donde hay desde cruasanes hasta cookies. Hay también gofres, tortitas y un apartado de opciones sin gluten. En cuanto a las bebidas tiene zumos, kombuchas, smoothies, batidos, bubble tea, cafés, tés e infusiones. En resumen, un menú que satisface los gustos personales de cada uno y que, sobre todo, no deja a nadie con hambre.

Es también la meta que siguen otros de los tantos locales especializados en brunch de la ciudad. Coinciden en que las cantidades son abundantes y que las opciones, orientadas tanto al dulce como al salado, buscan llegar a todo tipo de paladares. Triunfan, sobre todo, los fines de semana, cuando madrugar no es una obligación, y explican que, como la mayoría de la clientela acude en grupo, lo mejor es reservar con antelación. En las redes sociales son la tendencia gastronómica de moda, con infinidad de vídeos dedicados a descubrir los locales «escondidos» y a comparar cada producto que se oferta en la carta. A continuación, algunos de los locales de Santiago que son la solución para esas horas en las que ya es tarde para desayunar pero temprano para comer.

¿En qué sitios se puede «brunchear» en Santiago?

En la plaza de San Clemente está el café La Morena. Explica Esperanza López, una de las personas detrás del local, que cuando lo abrieron, allá por el 2021, la suya no era una propuesta tan común. En su menú hay tres opciones con precios cerrados, un brunch, un superbrunch y un brunch sin gluten. Entre los dos primeros lo que cambia es la consistencia. La parte de la bebida es la misma. Hay para elegir una parte fría —zumo de naranja recién exprimido, mimosa Bellini o copa de espumoso— y una caliente, con café o té. Luego, mientras que el primero incluye preparaciones como el bowl de yogur con fruta, brotes con salmón ahumado o tostas de pan de hogaza tradicional, el segundo contempla, por ejemplo, una tabla de embutidos ibéricos, una tabla de quesos gallegos o makis de salmón ahumado. Lo común, que todas las preparaciones son artesanas. 

De ahí, según cuenta Estefanía, nadie sale con estómago a medio llenar. Se sirve entre las once de la mañana y las cuatro de la tarde y, aunque convive con desayunos y comidas, nada tiene que ver. «En el desayuno, por muy completo que sea, vas a tener cosas propias del desayuno», explica. Que el brunch se mezcle con otras comidas en lo normal; al final se trata de locales que no basan su oferta únicamente en esta modalidad. Pasa, por ejemplo, en Liam Brunch, en el Ensanche compostelano. En su carta ofrecen bowls —con especial énfasis en el popular açaí—, tostadas —que van desde la de aguacate hasta la de salmón—, huevos benedict, bagels, tortitas y demás preparaciones dulces. Como particularidad están, por ejemplo, sus tostas francesas, como la de frutas de temporada, almendra y miel. 

Especializada en desayunos y en brunch de inspiración francesa está Chez Boubou, en Galeras, galardonado el año pasado con un Solete de Repsol. En D'Pingas, en el Restollal, el menú de brunch contempla una bebida caliente y otra fría, con variedad de zumos, que van desde el de mandarina y romero hasta el de pera o naranja. También una opción salada, que es un brioche relleno con salón, burrata o jamón, y una dulce, con tortitas, tarta, o un bol. Para los que no puedan con todo, un petit brunch a precio reducido. En Clem Café, en San Pedro, ponen el acento en el producto casero y en las propuestas vegetarianas, veganas y sin gluten. La variedad de lugares en los que brunchear en Santiago es tan amplia como los gustos y preferencias de cada uno. 


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