La Voz de Galicia

¿Y si este año el gordo de Navidad vuelve a ser un número «feo»? Las administraciones de Santiago presumen de los décimos más rebeldes

Vivir Santiago

C.N.
Venta de lotería en una administración de Santiago el pasado mes de diciembre

Y tú, ¿jugarías a la lotería con un 00009 o con un 11211? A pocos días del sorteo, los loteros dictan sentencia: «Tiñamos uns 60 billetes e agora está todo agotado»

17 Dec 2024. Actualizado a las 10:07 h.

Como un gordo «algo feo» se refería La Voz al número premiado en el anterior sorteo de Navidad, el 88008. Tardó en salir y, cuando lo hizo, sorprendió. Decía por aquel entonces Óscar de Toro, responsable del café Venecia, administración de Santiago en la que se vendió uno de los décimos agraciados, que era «de los que la gente habitualmente rechaza porque no es bonito». No obstante, el 88008 remó contra la creencia popular de que cuanto más redondas, repetidas y bajas sean las cifras, menos posibilidad hay de que toque. Este año, en Santiago se han vendido unos cuantos números rebeldes. Desde el capicúa 11211, agotado en la administración de la República del Salvador, hasta el 00009 —el más bajo de todos los que ha habido—, en el Hipercor del Restollal. Los loteros remarcan que del bombo de la fortuna puede salir tanto el 00101 como el 77643, aunque, a simple vista, uno se vea ganador y el otro no. 

En la ruta para encontrar los números más extravagantes del área, la primera parada es en O Milladoiro. Allí se vendió «con moitísimo éxito» un capicúa, el 00500. Cuentan desde la administración N.º 2, situada en la Avenida de Rosalía de Castro, que llevan ya unos quince días sin él. «Tiñamos uns 60 billetes e agora está todo agotado», explica Paula Barcia, tras el mostrador del establecimiento. Es un número que tienen disponible los doce meses y que vuelven a pedir cada año, generando una clientela fiel que se acerca expresamente a por él. «Aínda chega xente preguntando e é unha lástima. Oxalá tiveramos máis», continúa la lotera. Asume que, quien lo coge es motivado por lo «raro e feo» que es, cuando, para ella, es un número como otro cualquiera: «As posibilidades de que toque son as mesmas —sentencia— pero oxalá saia».

No solo los que tienen muchos números parecidos y simetría en su composición están en el punto de mira. Las cifras más bajas, las que tienen por delante tres o cuatro ceros, suelen ser también desechadas. En Santiago, uno de los décimos más pequeños y todavía disponible está en la administración N.º 12 de Galeras. Según explica su lotero, Diego Rey, el 00029 es un décimo deseado. Tan solo han vendido cinco de una serie de diez, pero todos los que se lo han llevado ha sido aposta. «Fue por demanda, por gente que vino hasta aquí a propósito», apunta. Explica el gusto por las cifras bajas, por ejemplo, a través de los cumpleaños: «El nuestro es el 29. Puedes decir: “Ah, yo nací ese día, voy a por él”», continúa. Cuenta que de esos números llamados «feos» tan solo cogen billetes sueltos, unos diez décimos de cada. Por eso, dada la cantidad, el furor no puede ser muy grande. Explica que son siempre los últimos en venderse y que, en la recta final para el sorteo, quedan «mogollón». Por ejemplo, un 44494 o un 99905. «En la lotería de Navidad sale una bolita y la de estos números es tan común como la del resto. Puede tocar cualquier cosa, desde lo más bajo hasta lo más alto», sentencia. 

«Nos llegó el 09900. Pensamos que no íbamos a vender ningún billete y ya llevamos 40. Es un número complicado y por probabilidades de tocarte tiene las mismas que el resto, pero llama la atención»,  explica Pablo Paredes, de la N.º 0 de la Rúa da Rosa. En esta céntrica administración compostelana han despachado otros tantos boletos «raros», como uno de los que preceden al párrafo anterior, el 00027. Que los feos no son tan feos lo corroboran también desde la administración N.º 10 de San Roque, desde donde aseguran que los venden «bastante bien». Por definir de alguna manera a estos boletos poco agraciados, apuntan a tres factores: que tengan números repetidos y que sean bajos y redondos. Así, mencionan algunos como el 04006, el 44001, el 19000 o el 26000. Verbalizan el pensamiento general del lotero: «A nosotros no nos parecen raros porque vendemos de todo. No tenemos preferencia por ningún número. Los ofrecemos, los ponemos en ventanilla y se venden». Y tú, ¿te atreverías a jugar con alguno de los mencionados?


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