Un texto sobre el Samaín y preguntas sobre prejuicios y neohablantes abren la ABAU en el examen de Lingua Galega

Por primera vez, el examen de Lingua Galega e Literatura ha abierto el calendario de exámenes de la selectividad gallega (ABAU en su nombre oficial). Lo ha hecho planteando un texto sobre el Samaín-Día de Difuntos-Halloween para analizar y comentar, y preguntas sobre los prejuicios idiomáticos, los neohablantes y los bloques dialectales en Lingua.

La parte de literatura la protagonizó Luísa Villalta, homenajeada este año en el Día das Letras Galegas; un texto de Agustín Fernández Paz completó la oferta literaria, que en general tiene poco predicamento entre el alumnado. «Los autores que salieron no los conozco de nada», decía una estudiante en el campus coruñés de A Zapateira, y su compañera de corrillo recordaba que su madre ya le había advertido que saldría esta autora «que estuvo de aniversario estos días». Un poco más allá otra alumna, esta del CPR Calasanz, escogió la pregunta porque sabía que iba a caer poesía y la preparó. 

En cuanto a inglés, el segundo examen, un texto de la IA concitó tantos aplausos como quejas. Hay que recordar que en este modelo de la pandemia no se escucha una composición (el listening) que siempre suponía problemas en alguna de las sedes de la prueba.

Las pruebas han comenzado con normalidad a las diez de la mañana en los diferentes campus gallegos con pequeños sustos habituales en la selectividad. En A Coruña, por ejemplo, un accidente en la principal arteria de entrada a la ciudad ocasionó un atasco mayor del ya habitual. Hubo alumnos que se bajaron del coche familiar en esa zona y subieron andando al campus, un paseo con calor y cuesta arriba. Sin embargo, no eran necesarias tantas precauciones porque la cita era a las 9 pero el primer examen empieza a las 10. «Esa hora extra es perfecta para casos así», explicaba Pedro Armas, delegado de la UDC y presidente de turno de la CIUG, la comisión interuniversitaria que organiza la selectividad.

Aunque la jornada se desarrolló sin grandes sobresaltos, sí ocurrió una incidencia menor: en una comisión delegada de Santiago, los profesores abrieron y repartieron el examen de Lingua Castelá e Literatura en lugar del de Lingua Galega e Literatura. Para cuando se dieron cuenta del error algunos alumnos habían visto parte de la prueba, que tendrá lugar este miércoles. Por eso, tuvieron que retirar los exámenes y sustituirlos por el modelo que se guarda precisamente para casos así. Los responsables de la CIUG reorganizaron todo con gran celeridad, reparto incluido, y este miércoles la prueba de lengua se hará a las diez como si nada. 

También hubo algunas bajas de vocales, algunos por sucesos urgentes, otros no, que fueron resolviéndose sin grandes inconvenientes.

El conselleiro de Educación, Román Rodríguez, aprovechó la cita para reivindicar una selectividad uniforme en toda España: «O mellor que pode pasar é que se fagan con normalidade, e dexar toda a sorte posible aos alumnos, e xustiza», dijo en Vigo. Rodríguez recordó que «España funciona como un distrito universitario único, no que calquera alumno pode posturarse ao conxunto das universidades, pero se os exames son de 17 sistemas diferentes, con criterios de avaliación e metodoloxías distintas, iso crea desigualdades».

Entre los estudiantes, los nervios eran la tónica general. Eso sí, no en todos los casos por igual. La nota de corte de la carrera en la que quieren entrar es un factor clave a la hora de afrontar esta prueba. «Quiero hacer una ingeniería, todavía no se cuál. Las notas para entrar en las que me gustan no son muy altas, sobre un cinco. Vengo tranquilo, pero hasta que pase el primer examen está ahí el miedo de suspender», decía Omar Pérez, de Cambre. Más tranquilo aún estaba, en Santiago, Miguel Fernández: «Non teño presión ningunha, vou facer Historia, a nota non é moi alta e durante o curso saíume moi ben todo».

En el otro extremo están jóvenes como, Candela Vila, que quiere hacer Medicina, por lo que necesita estar por encima del 13: «Sí que tengo nervios, sí», confesaba este martes por la mañana en A Coruña. 

La última del modelo de la pandemia

La de este año es muy especial porque se da carpetazo al modelo de prueba nacido en la pandemia, ya que la puesta en marcha de una nueva ley educativa primero y las elecciones generales del año pasado después fueron alargando el modelo aprobado para los años 2020-22. La ABAU de la pandemia es más flexible que la anterior, porque al unirse en una las dos opciones anteriores, el alumno tiene mucho más donde elegir y se puede decantar por los temas que lleva mejor preparados; incluso es posible sacar un diez en muchas materias sin haber estudiado el temario en su totalidad.

Para esta despedida Galicia tiene casi 13.000 alumnos: 11.600 que se presentan por primera vez y 1.500 que repiten, que acuden a subir nota para entrar en la carrera deseada. El estudiantado se reparte en diez campus por toda Galicia: a las ciudades como Vigo, A Coruña, Ourense, Santiago, Lugo, Pontevedra y Ferrol se suman localidades más apartadas como A Rúa, Cee y Viveiro.

Del total de alumnos, unos 11.000 acuden a las materias comunes de castellano, gallego e inglés. La siguiente asignatura con más matriculados es Historia de España, 7.100, que este año pueden escoger junto a Historia da Filosofía (deben hacer una de las dos). Le siguen Matemáticas II (las de ciencias, que son el 52% de los inscritos), con casi 5.500 inscritos, Química (algo más de 4.000) y muy cerca, las matemáticas para sociales e Historia da Filosofía. La materia que menos matriculados tiene es el alemán como primera lengua extranjera, con solo 5 apuntados (como segunda lengua tiene 42 interesados). Literatura Dramática (23) es la segunda por la cola en matrículas y ya se salta a materias voluntarias de artes, con cuarenta inscritos.

Las calificaciones provisionales serán publicadas el próximo 13 de junio. Los estudiantes tendrán desde el 14 al 18 de junio para la revisión y el 20 de junio se harán públicas las calificaciones definitivas, a partir de las 20.00 horas.