Elisabeth Moss: «Dirigir ''El cuento de la criada'' fue como conducir un maserati»
Plata o plomo
La actriz se pone tras las cámaras en tres capítulos de la nueva temporada de la serie basada en la novela de Margaret Atwood
30 May 2021. Actualizado a las 05:00 h.
HBO emite los nuevos capítulos de la cuarta temporada de El cuento de la criada. Su protagonista, Elisabeth Moss, se estrena como directora en tres de los episodios, aunque asegura que desde que comenzó el rodaje de la serie tenía planeado ejercer como realizadora. Comprometida con su personaje, June Osborne, Moss reveló que una gran fuente del conflicto esta temporada es la obsesión de la tía Lydia (Ann Dowd) por encontrar a June. Aunque son enemigas, están inexplicablemente vinculadas. Alegre, Moss confesó que le gusta trabajar bajo presión. Quizás por eso decidió ponerse a dirigir en plena pandemia.
-¿En la nueva temporada es más intensa la relación entre June y la tía Lydia?
-Sí. Uno de los temas que tratamos esta temporada es el poder, qué significa y quién lo tiene. El poder no siempre es lo que parece; puede ser peligroso, puede ser destructivo y creo que para ambas, June y Lydia, el poder les permite avanzar, aunque quizás de formas diferentes y con objetivos diferentes.
-¿Cuánto ha cambiado su vida en el transcurso de esta serie?
-Muchísimo. El cambio más significativo para mí es ser productora de la serie, un papel que me ha permitido crecer en la industria. Soy muy afortunada, porque desde el principio se ha contado conmigo como protagonista y productora asociada, lo que me ha permitido involucrarme en los detalles creativos de la serie, en el departamento técnico, en el financiero... Ya lo dije al principio: no quiero solo el crédito, quiero poder participar, ayudar, aprender y crecer como productora.
-¿Cómo fue dirigir en plena pandemia?
-Conozco muy bien la serie, así que no fue un gran cambio asumir el papel de realizador. Aprendí mucho gracias a los directores que han pasado antes y eso me ayudó a la hora de ponerme detrás de las cámaras. Lo que más me costó fue dirigir a mis compañeros actores, porque me dio vergüenza asumir el papel y proporcionarles notas sobre cómo debían enfrentar sus interpretaciones. Tenemos un elenco increíble que me ayudó en cada momento. Fue como conducir un Maserati.
-¿Cómo se preparó?
-Sentí que estaba a la altura de la tarea después de unos años de observar, aprender y trabajar con directores increíbles. Siempre fue mi intención ponerme tras las cámaras y todo el equipo lo sabía. He tenido un gran apoyo y guiones increíbles, porque me permitieron dirigir el episodio 3, que es mi favorito esta temporada, y luego el 8 y el 9. Cuando el material es bueno, es difícil equivocarse.
-¿Cuántos años le quedan a la serie?
-En este momento estamos tan orgullosos de nuestro trabajo y tan entusiasmados con la historia que no sé si va a terminar. Mientras la historia de June sea interesante, estaremos aquí. Esta temporada surge de la idea de que la vida es corta, especialmente después de lo que todos hemos pasado con el covid.
-¿Se atrevió a rodar durante la pandemia?
-Lo hicimos dentro de una burbuja que creamos con pruebas cada dos días y guardando cuarentena. Afortunadamente, pudimos continuar con la producción sin interrupciones, incluso cuando tuvimos que estar restringidos a dos personas en una habitación.
-¿Qué aporta esta temporada?
-Seguimos los pasos de June en su implacable obsesión por conseguir un cambio. Eso la lleva por muchos caminos porque no hay una base de operaciones. Es una temporada muy nómada. Diré que la primera mitad de esta temporada es definitivamente más importante, en cuanto a producción, de lo que hemos hecho nunca. Ha sido un desafío increíble.
-En la serie se habla de un ataque al Capitolio que ahora tiene un contexto diferente debido a lo que sucedió el 6 de enero.
-Siempre regreso al libro de Margaret Atwood, que fue escrito en 1985, y considero increíblemente relevante. Nunca escribió nada en ese libro que no hubiera sucedido. Y aquí estamos, décadas después, y todavía hablamos sintiendo que sus palabras son veraces por su relevancia. Gran parte de nuestra historia tiende a resonar en el público porque es relevante, porque esos temas nunca van a desaparecer. Estos eventos suceden en la vida real por culpa de un problema social que no ha cambiado, la serie es un retrato de la humanidad, de la naturaleza humana y los problemas que todos encontramos.
-El Gobierno de Trump ha estado rondando a la serie desde el principio. ¿Ha tenido la sensación de que en el futuro deberían mostrar, aún más, los problemas sistémicos de nuestra sociedad?
-Parte de esta temporada se trata de volver a la normalidad. Y el nuevo panorama político de Estados Unidos, después de las elecciones de Biden, se siente metafóricamente en esta cuarta temporada. Hay mucha rabia en la sociedad, una rabia que muchos quieren esconder debajo de la alfombra. La obsesión de June es gritar al viento que ella no va a olvidar lo ocurrido.
-Asume de forma personal la intensidad de un personaje como June Osborne. ¿Opera mejor bajo presión?
-Sí. Lo hago, realmente lo hago. Es algo que aprendí de mí misma en la última década. Opero muy bien bajo presión. Me encanta, cuanto más tengo que hacer, más feliz soy. No siento que sea una carga para nada, es un privilegio y siempre es electivo porque nadie me obliga a hacerlo. Un personaje como June me ha permitido involucrarme tan intrínsecamente que la serie existe en mis huesos.