«La Fortuna», de Amenábar: Aventura de barcos hundidos y cazadores de tesoros
Plata o plomo
Movistar+ estrena este jueves los dos primeros episodios del debut televisivo del director de «Mar adentro»
30 Sep 2021. Actualizado a las 05:00 h.
Piratas del pasado y cazatesoros modernos se mezclan en La Fortuna, el primer trabajo de Alejandro Amenábar en una serie de televisión y que hoy llega con doble episodio a Movistar+. La serie está basada en El tesoro del Cisne Negro, el cómic que Paco Roca publicó en el 2018 y que estaba inspirado, a su vez, en el caso real del saqueo por parte de la empresa norteamericana Odyssey de la fragata española fragata española Nuestra Señora de las Mercedes, hundida en el siglo XIX.
La Fortuna tuvo su debut estelar en la sección oficial del Festival de Cine de San Sebastián y hoy estrenará en Movistar+ los dos primeros episodios de los seis que la componen.
Amenábar grabó parte de su serie en Galicia, concretamente en el puerto exterior de Caneliñas y la escuela de especialidades de la estación naval de A Graña. Estos y otros lugares son el escenario donde se recrea una historia de aventuras que sigue los pasos de Alex Ventura (Álvaro Mel), un joven e inexperto diplomático que entra a trabajar en el Ministerio de Cultura y se ve comprometido en una misión para recuperar el tesoro submarino de la nave La Fortuna, robado frente a Gibraltar. Formará equipo con equipo con Lucía (Ana Polvorosa), una funcionaria temperamental con la que emprender la defensa de una parte de la historia de España frente al poder de la compañía norteamericana.
La serie destaca por su factura técnica y su elenco nacional e internacional, en el que intervienen actores como T’nia Miller, Stanley Tucci, Clarke Peters, Karra Elejalde y Blanca Portillo.
Cuenta Álvaro Mel (Salamanca, 1996) que lo suyo con el personaje de Alex fue amor a primera vista. «Empaticé desde el principio. Me encantó esa heroicidad en lo cotidiano, la idea del funcionario que de pronto se pone a los mandos del timón», explica el actor a Colpisa. Lo cierto es que su personaje, ese diplomático recién salido de la academia, aparentemente muy preparado, pero nada ducho en lidiar con la vida real, es tan rico en matices como complejo a la hora de interpretar.
Álvaro lo defiende con tino, sin caer en la caricatura. «Es lo bonito de la relación entre los dos personajes. Alex se piensa que lo sabe todo porque viene de estudiar en Nueva York, y realmente no, le falta mucho mundo que es lo que Lucía tiene. Lucía está acostumbrada a enfrentarse a los problemas reales y no a sacar un examen con la nota más alta. Gracias a ella evolucionará para desenvolverse convenientemente en la vida real», analiza Mel.
Su compañera de reparto, Ana Polvorosa (Getafe, 1987) dice que se quedó «alucinada» con la labor del salmantino. «Es que Álvaro tiene una cosa como muy tranquila, muy calmada, es un tío muy observador y muy minucioso y creo que eso es lo que aporta al personaje. Está muy comedido, pero de forma muy natural, sin forzarlo, y eso le sienta increíble a su personaje», se deshace en elogios.
La actriz, que saltó a la fama por dar vida a Lore en Aída, se siente «muy identificada» con Lucía, una funcionaria que lucha con tesón por restituir el patrimonio español. «Tengo esa fuerza de voluntad, esa iniciativa, esas ganas de luchar por lo que ella considera justo. Pero también tengo esas inseguridades, que salen a la luz en el encuentro con Alex, por todos los prejuicios que tiene sobre una persona que parece opuesta a su forma de pensar», sostiene para apuntalar después: «¡Yo también tengo muchos prejuicios!».
Ambos subrayan la dificultad añadida de rodar en inglés. «Interpretar en un idioma que no es el tuyo y saber jugar con las escuchas activas, con el humor, los tiempos... es difícil y fue un reto», subraya Mel. El actor asegura que trabajar con Amenábar «es increíble». Ana coincide: «Es un lujazo ver cómo observa, cómo piensa, como dirige una escena desde ese amor y respeto por lo que está contando». «Con el ambiente que crea de buena energía y de calma se trabaja muy bien. Desde ahí se consigue todo y ese ambiente es por su culpa», continúa Alvaro.