Los detalles del rodaje de «Cien años de Soledad»: un árbol gigante, 16.000 especies autóctonas y 40.000 metros cuadrados para recrear Macondo
Plata o plomo
La serie basada en la novela de García Márquez se estrenará en Netflix antes de que acabe el año
15 Jul 2024. Actualizado a las 17:13 h.
Falta cada vez menos para uno de los estrenos más esperados del año: el de Cien años de soledad. Aunque la fecha todavía no está confirmada, Netflix aseguró que sería antes del final del 2024. Una serie de 16 capítulos que revive la historia creada por Gabriel García Márquez 57 años atrás.
Según detalles que se filtraron, la producción que busca traer a la vida a las siete generaciones de la familia Buendía está considerada la más cara jamás filmada por la plataforma de streaming. Francisco Ramos, vicepresidente de contenidos de Netflix Latinoamérica, afirma: «Ni siquiera las series estadounidenses filmadas en Colombia han alcanzado el nivel de complejidad de esta producción».
El diario colombiano El Tiempo ha recorrido el set de filmación y el editor de mesa visual del periódico, Julio César Guzmán, ha revelado que Macondo, el mítico pueblo donde transcurre la historia, fue recreado en un pueblo cerca de Alvarado, Tolima y se construyeron más de 40.000 metros cuadrados. Ha explicado también que estas construcciones necesitaron de la presencia de albañiles, arquitectos, diseñadores de producción, técnicos, iluminadores, productores, camarógrafos y hasta 20.000 extras.
La casa respeta todos los detalles mencionados en la novela. Tardó 12 semanas en ser construida y tiene 800 metros cuadrados, siendo la construcción más importante de las 52 hectáreas del set «un espacio equivalente a 70 canchas de fútbol».
Las tiendas, la calle de los Turcos y su Plaza de Mercado están todos representados en la locación. Aproximadamente 500 personas trabajaron en las más de 90 construcciones, utilizando materiales locales y transportando 16.000 plantas autóctonas del Caribe a Macondo para lograr coincidir con las descripciones, tanto visuales como olfativas, de García Márquez, afirma el medio colombiano.
Según El Tiempo, el esfuerzo invertido en los vestuarios no fue menor: se confeccionaron 12.000 prendas diferentes y150 artesanos se encargaron de crear los accesorios. La transformación del pueblo, que se refleja a través de los diferentes siglos, se encuentra presente en el nuevo Macondo de Netflix. Cuando el periódico colombiano visitó el set, se habían producido con anterioridad cuatro versiones del famoso pueblo, y no sería raro que se levanten más.
El escritor de la obra maestra, fallecido en el 2014, se había pronunciado en contra de transformar su historia en material audiovisual. En una entrevista comentó: «La razón por la cual no quiero que Cien años de soledad se haga en cine es porque la novela, a diferencia del cine, deja al lector un margen para la creación que le permite imaginarse a los personajes, a los ambientes y a las situaciones como ellos creen que es […] en cine eso no se puede.»
Pero, son sus hijos, Gonzalo y Rodrigo García Barcha, los que llevarán a las pantallas la herencia de su padre, ya que son los productores ejecutivos de la serie. El elenco fue cuidadosamente elegido teniendo en cuenta las raíces colombianas.
Por otro lado, en una entrevista con el diario argentino La Nación, la productora general Carolina Caicedo explicó: «Estamos hablando de un alto número de personas trabajando. Tenemos una operación de 1.100 personas, por lo que es clave estar cerca de Bogotá. En Alvarado, por ruta, estamos a cuatro horas y tenemos un aeropuerto a 40 minutos en Ibagué. Logísticamente nos funcionaba muy bien».
También revela que buscaron locaciones por todo el país, ya que debían acatar la condición que los productores le pusieron a Netflix: hacer la serie en español y filmada en Colombia. «Fueron muchas semanas y muchas horas de búsqueda para encontrar el lugar indicado que permitiera llevar a cabo una producción de esta dimensión», comenta la productora.
Unas características fundamentales que buscaban era un «árbol gigantesco en torno al cual se construyera una plaza y luego todo el pueblo», «un río cercano» y «unas montañas que permitieran aludir a la Sierra Nevada como referencia». Por otro lado, el director de arte, Eugenio García, desveló otro problema: «El escenógrafo se enfrentó a un desafío de encontrar una solución que fuera ligera, ecológica y económica».
Y efectivamente encontraron una solución perfecta: la ideación de un sistema que consiste en una malla venada a la que se aplica cascarilla de arroz. «Dado que nos encontramos en una región arrocera, era fácil de conseguir». El paso siguiente consistió en aplicar un impermeabilizante a la base de agua. Una vez que se secó se montó la estructura y se recubrió con cemento, «este se mezcla con jabón y cascarilla de arroz para reducir su peso, manteniendo al mismo tiempo el acabado rústico que buscábamos», aclara.
La novela, pionera del realismo mágico, no es un contenido sencillo para pasar a la pantalla, lo que hace que la expectativa crezca y que el secretismo de Netflix continúe, sobre todo después de que Crónica de una muerte anunciada y Amor en tiempos de cólera, dos de sus obras más célebres, hayan sido llevadas al cine y no hayan resultado como se esperaba.