Bardot Sagan y Zambrano
Sociedad
18 Oct 2004. Actualizado a las 07:00 h.
La mejor canción para cantar cuando una va en Vespa y el viento le da en toda la cara, es sin lugar a dudas -y perdonen la grandilocuencia-, Je n'ai besoin de personne en Harley Davidson , gran éxito de Brigitte Bardot, cuando todavía era B.B. y fumaba gitanes. Entonces, las focas todavía se la refanfinflaban y la carretera de Saint Tropez constituía un escenario de excepción para sus amoríos con Roger Vadim y Serge Gainsbourgh. Voy en Vespa en esta tarde otoñal y pienso en B.B. y, claro, también en Françoise Sagan, autora de Bonjour tristesse , muerta hace tan sólo unos días. Amaba la velocidad y dijo un día: «El humor, la desfachatez, es la mejor manera de liberarse de existir». El otoño madrileño en Vespa huele a quemado y a hojas y a viento. Vuelvo a casa después de clase, dejando atrás el furor de la Puerta de Sol y a los mendigos de Marqués Viudo de Pontejos, y pienso en Brigitte Bardot y en Françoise Sagan y en el frío que se levanta a eso de las siete. Ayer me llegó el programa de un congreso sobre María Zambrano organizado por la Residencia de Estudiantes. Lo he colgado sobre mi mesa de trabajo. No porque pretenda ir, ni mucho menos: es que, en la foto, Zambrano tiene pelo corto, abrigo de solapas y aire foxtrotero . Al verla tan alegre, me digo que quizás estuviese pensando: «La poesía es vivir según la carne. Es pecado de la carne hecho palabra».