La Voz de Galicia

Tyson la volvió a liar

Sociedad

Alba Díaz-Pachín

10 Nov 2005. Actualizado a las 06:00 h.

¿Qué se cuece en la cabecita de Mike Tyson? Imagínense lo peor. El incorregible ex boxeador ha vuelto a pelearse fuera del ring. Un reportero brasileño aprendió que no merece la pena molestarlo, pues el abusón ha perdido de nuevo la paciencia cuando un cámara intentó filmarle en un club nocturno de San Paulo. Según cuenta ahora la policía, Tyson le pidió que parara y el reportero no lo hizo. Entonces, el fortachón se levantó, cogió la cámara, destruyó la cinta e hizo añicos el equipo. ¿Nada más? Mike dice que nada más, pero el cámara jura sobra una Biblia que le golpeó en la cabeza, aunque no presentó parte médico alguno. Yo ya no sé a quién creer, pues no hay que ser un pitagorín para saber que un golpe de este hombre puede dejar a uno más allá que acá. Después del suceso, la policía detuvo a Tyson para interrogarle y posteriormente lo dejó en libertad. Tyson, de 39 años, estaba en Brasil tras pasar por Argentina, donde fue invitado en el programa de la ex estrella del fútbol Diego Armando Maradona. Otra joyita. La noche anterior, el boxeador estadounidense llevó a seis mujeres a su hotel, pero el personal no le permitió subirlas a la habitación. ¿Pagaría usted 12.000 euros por un diente de Napoleón? No se esfuercen, que ya hubo quien lo hizo. Ocurrió en una subasta en la galería Dominic Winter. Lo peor es que el diente, conservado en perfecto estado, no es seguro que haya pertenecido al líder francés. Me pregunto a quién va dirigida la gala que anualmente celebra la factoría de lencería Victoria's Secret. Por el revuelo que han causado las fotografías en el sector masculino de la redacción, ya no sé que pensar. Lo cierto es que la clásica Victoria's Secret Fashion show los atrapa tanto a ellos como a nosotras. A ver si adivinan, viendo la fotografía de la derecha, qué modelo es el que me pondré mañana. El Tribunal de Apelaciones londinense decidió rechazar la reclamación con la que la británica Janan Harb, quien fue una de las esposas del rey Fahd de Arabia Saudí, pretendía obtener una parte de la fortuna del fallecido monarca, calculada en 75.000 millones de euros, en concepto de gastos de manutención. A la viuda le han dicho que al no estar casada con él en el momento de su muerte, se queda sin nada. Tanto esfuerzo para nada.


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