El sector prevé multiplicar por cuatro la potencia atómica instalada en el mundo
Sociedad
17 Oct 2009. Actualizado a las 02:00 h.
El fin de la moratoria nuclear en Suecia fue decidida por un Gobierno liberal, pero la prórroga de las licencias de las plantas belgas más antiguas se adoptó a iniciativa de un ministro socialista. El veto sueco duró casi treinta años, pero en Bélgica la previsión de cierre de centrales, acordada cuando los Verdes formaban parte del Ejecutivo, solo aguantó siete años. Y la industria parece tenerlo claro: los Gobiernos antinucleares no duran toda la vida. «La potencia nuclear instalada en el mundo pasará de 372 gigavatios en el 2008 a 1.280 en el 2050», asegura Aziz Dag, director de proyectos térmicos de la multinacional estadounidense Westinghouse, una de las principales proveedoras de tecnología nuclear en el mundo.
Cartera de clientes
En su cartera de clientes futuros, Dag cita una treintena de países, en algunos de los cuales no se construyen centrales desde hace lustros, como España, donde el Gobierno decidió el pasado julio cerrar la de Garoña en el 2013. «Son solo previsiones», justifica Dag, quien asegura que su empresa «trabaja duro» para vender la imagen de las centrales como fuentes «de energía verde».
Una estrategia parecida sigue la alemana E.On, una de las mayores eléctricas de Europa. El vicepresidente de su filial sueca, Lennart Fredenberg, desvela una estrategia parecida: «Si la industria pone los recursos, si los Gobiernos tienen el coraje suficiente, y si logramos que aumente el apoyo de la opinión pública, la energía nuclear será parte de la solución de los problemas energéticos de la UE».