La Voz de Galicia

El padre de Super Mario, candidato al Príncipe de Asturias de la Comunicación

Sociedad

Colpisa

El creador del Wi Fit, Shigeru Miyamoto, concibe el videojuego como un nuevo medio capaz de unir a las personas sin distinción de edad, sexo o condición social.

18 Mar 2010. Actualizado a las 22:23 h.

El diseñador y productor de videojuegos, Shigeru Miyamoto, es candidato al Premio Príncipe de Asturias de la Comunicación y Humanidades.

Nacido en Kyoto (Japón) en 1952, Miyamoto ha revolucionado en ocasiones sucesivas el mundo de los videojuegos al traspasar una y otra vez los límites técnicos y creativos vigentes hasta el momento, según señala la candidatura presentada por Gamelab, la Feria Internacional del Videojuego y el Ocio Interactivo, que se celebra anualmente en Gijón.

Elegido como uno de los personajes más influyentes del mundo por la revista Time y distinguido con la Legión de Honor francesa o el BAFTA de la Academia Británica, Miyamoto se ha caracterizado por excluir de sus creaciones la violencia. El director de la feria gijonesa, Iván Fernández Lobo, destacó que Shigeru Miyamoto es «el máximo exponente de una genial generación de creadores interactivos, que concibe el videojuego como un nuevo medio, capaz de unir a las personas en torno a una experiencia compartida, sin distinción de edad, sexo, condición social o cultura».

Además, en los últimos años ha logrado que el videojuego mejore la sociedad: Wi Fit, con más de 30 millones de juegos vendidos en todo el mundo, ha puesto más gente en movimiento que otros productos o campañas institucionales relacionadas con la salud. Y, Wii Music se ha convertido en una herramienta cada vez más popular en la enseñanza musical, hasta el punto de que ya se ha incorporado en las escuelas norteamericanas. Miyamoto ha conseguido que las mujeres y personas de mayor edad se incorporen al mundo del ocio interactivo. «Gracias a su influencia, hablar de videojuegos hoy en día es hablar de comunicación global, de una forma de expresión tan potente y democrática que, lejos de contradecirse con las ya existentes, las ha absorbido y mejorado a través del lenguaje de la interacción», explicó Fernández Lobo.


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