La Voz de Galicia

El Fandi sale a hombros en una de sus plazas talismán

Sociedad

Susana Acosta a Coruña/la voz.

07 Aug 2010. Actualizado a las 02:00 h.

David Fandila, el Fandi, es el que menos porte de torero tiene, pero ayer salió por la puerta grande por muchas cosas. Por su suerte con los toros, por su acierto en la estocada pero, sobre todo, por sus banderillazos, porque vérselos clavar al toro es todo un espectáculo. Da gusto ver al de Granada correr hacia atrás acariciando el primero de la terna hasta lograr detenerlo. Con el primer astado se lució en el arte de la lidia, aunque también hay que reconocer que suerte ha tenido un rato, porque pocos toros fueron tan nobles en la arena del Coliseo coruñés como Manchón. Y el diestro, que también es actor, se lució. Vaya si se lució. Le dio para hacer todo tipo de pases y animar a un público que por momentos enfervorizaba. Aunque para bonito, el recibimiento que le hizo al astado. De rodillas, y el público se quedó sin palabras. Todo fue de maravilla hasta que el Fandi se emborrachó de toro y alargó la faena más de lo recomendable. Pero es que ayer este chico estaba en gracia de Dios y acertó con la estocada a la primera. Y eso que más de uno en el público se encomendó a los doce apóstoles para que no fallara. Y no falló. Dos orejas así, a la primera de cambio.

Como no hay quinto malo, le volvió a tocar a él, aunque una voltereta que el morlaco hizo en el aire lo estropeó un poco. El público volvió a vibrar con el Fandi, bautizado ya en A Coruña, una de sus plazas talismán, como El Banderillero, porque hay que ver lo bien que lo hace esperando sentado en la barrera a colocar los adornos. Y volvió a sorprender con un pase de rodillas mirando al tendido. Magistral, como también lo fue la estocada: «Que se lleve el toro», gritaban desde la grada. Esta vez se conformó con un apéndice.

Para arte, sin duda, Enrique Ponce. El de Chiva, que se llevó una oreja con el segundo toro, fue el más elegante en el arte de la lidia. Y es que los años de veteranía se notan. En el primer astado falló en la estocada. Una pena, porque había toreado bien, pero lo que no acertó con Majoncito, lo premió con una oreja Forrajero.

Mala suerte tuvo Sebastián Castella con los astados, a pesar de que la ganadería Fernando Peñas destacó por su calidad. El francés hizo lo que pudo y más de lo que debía, pero uno le salió flojo y el otro se iba por los cerros de Úbeda. Estaba claro que no era su tarde.

La feria continúa esta tarde a las 19 horas con Jesulín de Ubrique, Luis Bolívar y Ambel Posada, que lidiarán toros de la ganadería cacereña El Torreón.


Comentar