El Vaticano relaja la presión sobre la fecha de inicio del cónclave

La fecha de inicio del cónclave que elegirá al sucesor de Benedicto XVI se ha convertido en la primera intriga del período de sede vacante. La antelación con que el papa anunció su renuncia -el 11 de febrero- respecto al día en que esta se haría efectiva -el pasado jueves 28- permitía que los cardenales adelantasen su viaje a Roma. Desde el Vaticano se apremió a hacerlo y el papa emitió un motu proprio que posibilita no tener que esperar 15 días antes de reunirse en la Capilla Sixtina, tal y como establece la Constitución Apostólica (Universi Dominici Gregis) a partir del fallecimiento de un pontífice.

Sin embargo, el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, advirtió ayer que el próximo lunes, cuando están previstas las primeras congregaciones generales -habrá una a las 9.30 de la mañana y otra a las 17 horas-, no se anunciará la fecha del cónclave.

De acuerdo con la legislación vaticana, las congregaciones se prolongarán «hasta que hayan llegado» todos los cardenales electores, y entonces se decidirá el día que comienza el cónclave. Así lo reflejó ayer el decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano, en la carta que envió convocando a los prelados a acudir Roma.

«Queremos un papa y lo queremos rápido», declaró a la CBS el cardenal norteamericano Timothy Dolan, quien no obstante reconoció que la congregación podría necesitar una semana antes de iniciar el cónclave. «Queremos volver a casa antes de la Semana Santa y ojalá Dios quiera que tengamos un papa bien antes», añadió.

La fecha que se baraja es el lunes 11 de marzo, lo que evitaría dar una imagen de precipitación y permitiría a los purpurados suficiente margen para elegir al nuevo jefe de la Iglesia católica antes del Domingo de Ramos (día 24).

Varios cárteles con la cara del cardenal ghanés Peter Turkson aparecieron pegados ayer frente a la basílica San Juan de Letrán, en Roma. En los pasquines se lee «En el cónclave vota Peter Kodwo Appiah Turkson» y también aparece su escudo cardenalicio como si fuera un símbolo electoral, según informa Efe. El prelado africano, de 64 años, que figura en las quinielas como papable, aparece en una foto con los ojos que miran al cielo e iluminado por una aureola.

Mientras, Benedicto XVI «durmió bien» y vio la televisión en su primera noche como papa emérito en Castel Gandolfo, explicó Lombardi. El expapa reza, lee y pasea por los jardines. Su ánimo está sereno y la prueba es que, según contó su secretario personal, Georg Ganswein, ha retomado la costumbre de tocar el piano por la noche, después de la cena.