Guerra de notas a la puerta de la facultad
Sociedad
La crisis dispara la demanda en los títulos de más salida: los de la rama biosanitaria y las titulaciones dobles, con cortes tan altos que exigen bachilleratos de sobresaliente
19 Jul 2013. Actualizado a las 12:45 h.
Ayer salieron las notas de corte de las universidades de Madrid, completando el panorama estatal, y demostrando que a pesar de la crisis, los recortes en las becas y el aumento del precio de las matrículas, entrar en las facultades con más demanda es tan difícil, si no más, que el año pasado.
¿Por qué hay notas de corte de 13 puntos?
Las notas en España van del 0 al 10, pero para hacer Medicina hay que tener como mínimo 12. ¿Cómo es posible? Porque se ha ideado un sistema para ajustar las preferencias del alumno, aunque en los grados muy demandados lo que hace es exigir más a todos. La selectividad tiene 5 exámenes (las tres lenguas, filosofía o historia y una optativa). Con esto y la media de bachillerato (60 % de bachiller y 40 % de selectividad) se halla la nota de 0 a 10. A esta se pueden sumar hasta 4 puntos de dos exámenes voluntarios de asignaturas optativas adaptadas a la carrera: un 10 en Biología supone 2 puntos para Medicina, pero solo 1 para Derecho, porque la facultad lo valora menos al no ser de su rama. Por eso la nota máxima puede ser 14.
¿Cuáles son los grados con más tirón?
Las solicitudes se amontonan en las facultades de Medicina y en general en todas las titulaciones de la rama biosanitaria -Bioquímica (12,2), Ciencias Biomédicas (11,8)- así como en los títulos dobles, tanto de ciencias -Matemáticas+Física pide un 13- como de letras -Derecho+ADE en la Carlos III de Madrid exige un 11,925-.
¿A qué se debe el éxito?
Hay dos factores: el número de plazas y las expectativas de empleo que generan. Una madre lo resumía acertadamente: «No quiero tener a mi hijo en casa con 30 años, así que tiene que estudiar algo con salida».
¿Por qué hay pocas plazas si tienen demanda?
Parece obvio: si una carrera tiene mucha demanda, que ofrezcan más plazas. Pero no es tan sencillo. Desde la Universidad Autónoma de Barcelona se explica que eso lo decide el Ministerio de Educación pensando en el largo plazo, porque una plaza universitaria es muy cara (cada alumno cuesta unos 10.000 euros al año). Las carreras nuevas, además, empiezan con escasas plazas (Matemáticas+Física tiene 20 alumnos en Barcelona) y se ofrecen en pocos campus (Bioquímica se centra en Madrid y Barcelona, mientras Biología la hay en casi todas las universidades), lo que en total supone una gran diferencia.
¿Cuándo se cierra la selección?
Pedro Armas, presidente de la Comisión Interuniversitaria de Galicia (Ciug), el organismo gallego que se encarga de la selectividad y las admisiones explica que «la práctica totalidad de los estudiantes se va de vacaciones en agosto sabiendo qué carrera va a hacer», pero quienes no lo tienen resuelto viven en una incertidumbre enorme. Y no solo ellos. «Es un problema familiar, social y organizativo a tener en cuenta», apunta Armas. Para él la clave está en que Medicina centralice las solicitudes nacionales -en eso están trabajando los decanos-, porque todos los alumnos que la solicitan piden en diferentes facultades y conforme una les acepta dejan de estar en las listas de las demás: «Nosotros empezamos convocando a 400 alumnos para Medicina -dice Pedro Armas- y acabamos llamando a 1.000». El problema es que Medicina atasca los grados biosanitarios, que absorben sus descartes.
La otra cuestión es, para Armas, la selectividad en septiembre, porque 500 alumnos gallegos empiezan el curso dos meses después que el resto (con Bolonia las clases comienzan el 1 de septiembre).