Un instrumento de la NASA a bordo del orbitador europeo Rosetta ha empezado a remitir datos científicos del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. El equipo, llamado Alice, comenzó a cartografiar la superficie el mes pasado, registrando el primer espectro de luz ultravioleta lejano de la superficie del cometa. A partir de los datos, se descubrió que el cometa es inusualmente oscuro -más que el carbón- cuando se ve en longitudes de onda ultravioleta. Alice también detectó hidrógeno y oxígeno en la coma o atmósfera del cometa.
También se ha comprobado que la superficie del cometa de Rosetta no muestra grandes parches de hielo de agua. El equipo esperaba verlos, porque el cometa está demasiado lejos para que el calor del sol convierta el agua en vapor. «Estamos un poco sorprendidos por la baja reflexividad de la superficie del cometa y de las pocas evidencias de hielo de agua expuesto», explicó Alan Stern, investigador principal del Instituto de Investigación del Suroeste en Boulder, Colorado.
Alice está investigando el origen, composición y funcionamiento del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, para reunir pruebas de alta resolución que no pueden ser obtenidas por la observación desde la Tierra o en órbita terrestre. Cuenta con más de 1.000 veces la capacidad de recogida de datos de los instrumentos lanzados al espacio hace una generación, pero solo pesa 4 kilos y tiene 4 vatios de potencia.