El «puñetazo» del papa Francisco sacude a católicos y laicos
Sociedad
Las declaraciones del pontífice provocan diversidad de opiniones, entre los que lo ven como «una salida genial» a los que lo interpretan como una salida de tono
16 Jan 2015. Actualizado a las 20:04 h.
El sorprendente comentario del papa Francisco al reconocer que quien insulte a su madre se merece «un puñetazo», desató una ola de controversias entre católicos y ateos y abrió un debate en Italia sobre una posible justificación del ataque al semanario satírico francés Charlie Hebdo.
«Matar en nombre de Dios es una aberración. Pero tampoco se puede provocar ni insultar la fe de los demás. Y si alguien dice una mala palabra en contra de mi mamá, puede esperarse un puñetazo», aseguró Francisco.
Las palabras de Francisco, pronunciadas tras haber condenado por segunda vez con firmeza los atentados de la semana pasada en Francia contra la revista satírica que costaron la vida a 12 personas, entre ellas el director de la publicación, generaron todo tipo reacciones.
«Ha sido una salida poco católica, pero muy simpática» comentó el filósofo italiano Massimo Cacciari al analizar las declaraciones del papa ante los periodistas que lo acompañaban el jueves en el vuelo entre Sri Lanka y Filipinas.
La idea del puñetazo, que generó risas entre los presentes, fue pronunciada como ejemplo concreto y con «tono coloquial» para explicar la complejidad del problema, aclaró después el Vaticano.
También se explicóel propio pontífice, asegurando que «yo no puedo burlarme de la religión. Y este es el límite. Puse este ejemplo del límite para decir que en la libertad de expresión hay límites como en el ejemplo de mi mamá»
Sin embargo, lo que al principio los periodistas entendieron como parte de su forma de ser particularmente espontánea, ha generado este viernes en Italia debates, polémicas y hasta editoriales.
«El papa manifestó la imposibilidad en este siglo de poner la otra mejilla y de respetar el deseo evangélico que pide amar al propio enemigo», comentó el ateo Massimo Cacciari, exalcalde de Venecia y ecléctico autor de numerosos ensayos de política, filosofía y derechos, mientrsa que desde la página católica Vatican Insider recalcaron que «el papa buscó el efecto humano, pero tal vez fue demasiado humano».
Una salida genial, entre lo sagrado y lo profano
Para el director del diario católico italiano Avvenire, Marco Tarquinio, el mensaje del papa con ese ejemplo «es simplemente genial, ya que logró al emplear la figura de la madre, sagrada tanto desde el punto de vista religioso como humano, llegar a creyentes y no creyentes», aseguró en una entrevista al diario Il Fatto Quotidiano.
La publicación, que dedica varias caricaturas al tema con un papa con guantes de boxeo dispuesto a pelear en defensa de la madre, entrevistó también al obispo italiano Domenico Mogavero, quien evitó comentar el llamado efecto puñetazo.
«Francisco habla con su propio lenguaje», reconoció. Y prefirió resaltar el principio que propone el papa de «dar un límite» a la libertad de expresión.
Cuando el papa Francisco habló de un puñetazo como respuesta a una ofensa grave «obviamente no estaba incitando a la violencia», reiteró de nuevo este viernes desde Filipinas Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, que añadió que el pontífice «simplemente quiso recordar que existen dos libertades, que van juntas: la libertad de expresión y la libertad religiosa, que implica respetar la religión del otro. Con el ejemplo quiso explicar que se tocan sentimientos profundos», declaró.
La «mano de Dios» -como recuerdan con tono divertido algunos diarios al recordar también el controvertido gol del compatriota del papa, Diego Maradona, durante el Mundial de Fútbol de 1986- es en realidad un llamamiento al respeto, según Bruno Forte, uno de los teólogos más cercanos a Francisco. «Usó una imagen muy humana para solicitar a todos respeto. No era seguramente un llamamiento a la violencia», afirmó.
Una imagen que el sociólogo Domenico Masi no interpretó así. «Después del puño llega el kalashnikov. Lo que sirve es introducir la idea de que la respuesta debe ser proporcionada a la ofensa. Si se insulta a la Virgen o a Alá se responde con una denuncia y no con el revólver ni a puños», afirmó.