El Sindicato de Estudiantes cifra la huelga de la enseñanza en un 80 % en los institutos gallegos
Sociedad
Tanto la secretaria de Estado de Educación como el ministro Wert coincidieron en señalar que el seguimiento fue «muy minoritario»
26 Feb 2015. Actualizado a las 05:00 h.
Comenzó la huelga de 48 horas convocada por el Sindicato de Estudiantes contra el decreto 3+2 de Educación, que modifica la estructura actual de las carreras. Convocada en enseñanzas medias y universidad, hoy se suman en Galicia otros colectivos, como los Comités y la Liga Estudantil Galega, por lo que el seguimiento de ayer fue considerable, pero algunos centros decidieron acudir a las aulas y dejar para hoy los paros, teniendo en cuenta además que todas las manifestaciones están previstas para esta mañana. Aunque ni el Ministerio ni la Consellería han dado cifras de seguimiento, los convocantes hablan de un 70 % de paro en las facultades y de un 80 % en los institutos gallegos.
Quizás no tanto, pero sí hubo aulas vacías. Las hubo en el instituto San Xoán de Montes, en Lugo, por ejemplo, en donde en algún curso se superó el 85 % de seguimiento según los datos del propio centro. O en el instituto de A Cañiza, con un seguimiento masivo, una situación que vivieron también en el IES Sabón de Arteixo o el 12 de Outubro de la capital ourensana, en donde algún grupo de bachillerato estuvo ausente al 100 % y donde los alumnos de ciclos formativo también registraron alta incidencia.
Otros centros tuvieron un seguimiento más desigual, como el de Sar, en Santiago, con más de la mitad de los alumnos en huelga, el Afonso X O Sabio de Cambre, o el Politécnico de Vigo. Pero desde los institutos gallegos coinciden en que muchos han centrado las protestas en la jornada de hoy. «Aquí decidiron nunha xunta de delegados facela mañá -por hoy-», explican desde el IES de Ames, una situación similar al instituto de Cacheiras en Teo. En las universidades, el seguimiento fue algo menor y, además, el control de asistencia en estos centros es más difícil de realizar. Ana García, del Sindicato de Estudiantes a nivel estatal habló de un seguimiento «brutalmente masivo» en España, confiando en llegar a la mayor movilización de los últimos 20 años.
Prácticamente toda la oposición en el Parlamento gallego ha respaldado la huelga. Los socialistas mostraron su apoyo a las protestas en contra de la reforma universitaria del PP, mientras que el BNG lamenta que el Partido Popular ya no esconda el discurso «que pretende acabar coa universidade pública». AGE, por su parte, ha animado a los alumnos a participar en la huelga convocada por los sindicatos estudiantiles.
Privatización
Tras la reforma aprobada por el Ministerio de Educación y que permite que las universidades ofrezcan grados de tres años en lugar de cuatro; y másteres de dos en lugar de uno; rectores y alumnos han criticado la medida, en el primero de los casos por apresurada y llevada a cabo sin diálogo, y en el segundo porque ven un afán privatizador. Y es que mientras el ministro defiende que la universidad será más barata, ya que los alumnos tendrán un título en solo tres años, los sindicatos estudiantiles y los rectores ven lo contrario, porque los jóvenes se verán obligados a realizar un máster para competir en igualdad de condiciones, con unas tasas el doble de caras que las del grado. Hoy finalizan las 48 horas de huelga y habrá manifestaciones esta mañana en las principales ciudades gallegas.
La falsa desconvocatoria de Wert
Tanto la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, como el ministro José Ignacio Wert coincidieron ayer en señalar que el seguimiento de la huelga fue «muy minoritario». Es más, Wert llegó a anunciar que el Sindicato de Estudiantes había desconvocado la manifestación prevista para mañana por la tarde en Madrid ante el escaso éxito de la convocatoria. Sin embargo, la realidad es otra, ya que los organizadores decidieron adelantar la protesta para las doce de la mañana, algo que obvió el ministro. La misma información fue facilitada también por Gomendio, que destacó que la convocatoria había fracasado porque las reivindicaciones de los alumnos están «muy lejos de la realidad». E insistió en que las medidas del Gobierno mejoran la calidad de la enseñanza.