La Voz de Galicia

Seis destinos descongestionados para una Semana Santa a la gallega

Sociedad

Juan Carlos Martínez Redacción / La Voz

Del interior de Lugo a las montañas ourensanas, Galicia ofrece rutas sorprendentes

20 Mar 2016. Actualizado a las 12:51 h.

Si las previsiones meteorológicas se cumplen, esta Semana Santa será soleada y apacible y podrán superarse las cifras récord de visitantes que se alcanzaron el año pasado por estas fechas.

Varias áreas de Galicia pasaron del 80 % de ocupación hotelera en aquella campaña: la Mariña lucense, con puntos de especial atracción en la playa de As Catedrais y en las procesiones de Viveiro; Ferrol, donde también hay una fuerte tradición procesional, y su comarca; la Costa da Morte, que tiene ahora en su extremo sur un atractivo internacional: la cascada del Ézaro; las Rías Baixas, con congestión en Sanxenxo, en las Cíes y en los restaurantes que cocinan marisco; la Ribeira Sacra, con su interesante conjunción de paisajes y bodegas, y el Camino de Santiago y la ciudad a la que lleva, que volverá a ser un hervidero de visitantes durante estos días.

Hay muchas más Galicias de las que disfrutar para los que prefieran escapar de las congestiones. Adentrándose solo unos kilómetros desde la piel costera, el norte de Lugo posee las joyas de Mondoñedo, sede episcopal, y Meira, donde nace el Miño. Un poco más al sur, A Terra Cha es un mosaico de bosques, humedales y tierras agrarias. En el extremo sudoriental, Os Ancares y O Courel conservan un paisaje arbolado único, además de un sorprendente patrimonio etnográfico.

Al norte de A Coruña, las sierras mantienen usos ganaderos extensivos en paisajes salvajes. Y tierra adentro de la Costa da Morte, las comarcas de Vimianzo, Bergantiños y el Xallas son idóneas para el paseo y la visita a sus tesoros arqueológicos.

El interior de Pontevedra y las comarcas lucenses colindantes, regadas por el Ulla y el Deza, conforman un rico territorio donde se ubican los pazos más vistosos de Galicia.

Ourense, desde Valdeorras, Manzaneda y Verín hasta la comarca de A Limia, cuenta con parajes únicos y una oferta enológica y gastronómica extraordinaria.

Turgalicia y las numerosas publicaciones existentes proporcionan guías útiles para los visitantes que se inclinen por explorar estos destinos menos trillados.

Sierra de Barbanza. Cascadas y vistas panóramicas de las Rías Baixas

NACHO MIRÁS

La sierra de Barbanza se extiende entre la ría de Arousa y la de Muros y Noia. Bajo sus faldas hay poblaciones animadas y playas bien conocidas. Pero las cumbres esconden tesoros etnográficos y paisajísticos que en algunos casos solo conocen los vecinos. Desde lo más alto de A Curota, en días claros, se puede ver toda la costa de las Rías Baixas, desde Santa Tegra hasta Fisterra.

Un paseo: el río Pedras. Desde A Pobra do Caramiñal se sube hacia el lugar de Entrerríos por la carretera local DP-6702, que pasa sobre la autovía do Barbanza. Dejando en esa aldea el coche, sendero arriba se extienden las piscinas naturales hasta la espectacular cascada del Pedras. Seis kilómetros desde A Pobra, poco más de dos desde Entrerríos.

Una ruta acuática y saludable

M. MARRAS

Guitiriz fue en su día plaza favorita de veraneo de urbanitas coruñeses y lucenses. Hoy mantiene esa tradición hospitalaria, a la que se unen los servicios termales y deportivos del gran balneario y un entorno rural bien conservado.

Un paseo: la ruta del agua. Desde el balneario de Pardiñas, pasando por el agradable entorno de Os Sete Muíños, a un paso de la capital municipal, hasta el límite con Baamonde, junto a la bella ermita gótica de San Alberte, se extiende una ruta fácil de recorrer, en muchos tramos por pasarelas de madera, al borde de los ríos Ladroil y Parga. Son en total 20 kilómetros, pero perfectamente seccionables si se va con niños pequeños. Y este domingo tiene el premio añadido de que hay feria en Parga.

Valle del Bibei. As Ermidas, la Covadonga gallega

Santi M. Amil

En el sureste de Ourense, cerca de Trives, el río Bibei forma un valle de alto valor paisajístico y geológico, hoy protegido: es uno de los pocos ríos gallegos de régimen nival. Colgada en la ladera de uno de sus cañones se yergue la población monástica de As Ermidas.

Un paseo: el viacrucis. El paseo más adecuado para estos días es el que siguen, en la procesión que sale del santuario a las 11.30 del viernes santo, los fieles que acuden a participar en la Semana Santa de As Ermidas, un recorrido de poco más de un kilómetro por el llamado camiño do Deserto y que remata en el cementerio. Por la ruta empinada, algunas estaciones cuentan con fuentes, entre las cuales destaca la de A dormilona, por la figura femenina que la preside.

A Faladoira y el río Sor. Por el bosque de Ribera

Manuel M. Marras

Al norte de la provincia de A Coruña, la sierra Faladoira o Faladora (la sierra que habla) se extiende desde As Pontes hasta la Estaca de Bares. Por sus cumbres transcurre una ruta ancestral de 48 kilómetros: el Camiño dos Arrieiros, sembrado de enterramientos megalíticos, actualmente en proceso de señalización. Por la vertiente oriental, marcando el límite con la provincia de Lugo, corre el río Sor, limpio e inalterado, sombreado por un bosque de ribera que se puede recorrer en varios tramos bien marcados. La desembocadura, en O Barqueiro, forma una de las rías más hermosas del Cantábrico.

Un paseo: Ponte Segade-Auga Caída. Desde O Barqueiro, tomar la carretera de As Pontes, seguir 15 km, pasar el pueblo de Seixas y tomar un desvío a la izquierda: los indicadores guían hasta Segade y al área recreativa de Ponte Segade. Desde allí, por la orilla del Sor, la ruta de 5,5 km lleva hasta la cascada de Auga Caída. Varios molinos restaurados sirven de refugio para los caminantes.

El Ulla y el Deza. Tierras de pazos y soutos

MARCOS MÍGUEZ

Las comarcas centrales de Galicia, entre las provincias de A Coruña, Lugo y Pontevedra, componen un rico paisaje agrario en el que se asientan monumentales pazos como el de Oca, en A Estrada (el Versalles gallego); el de Santa Cruz de Rivadulla, en Vedra; el de Liñares, en Lalín, o los de Trasfontao y Carcaxide, en Silleda, y monasterios majestuosos como el de Carboeiro, en A Estrada, o el de Aciveiro, en Forcarei. Todas las capitales municipales presentan una magnífica oferta gastronómica. En estos valles del Ulla y del Deza se alternan las tierras de labor con interesantes manchas de bosque autóctono.

Un paseo: la fraga de Catasós. A 4 kilómetros de Lalín se encuentra este pequeño bosque de carballos, extraordinario, sin embargo, porque estos robles son los más altos de Europa. Hay que dirigirse a Cabreira por la carretera N-525 y, al llegar a la aldea de Covas, girar a la izquierda y, en 200 metros, a la derecha, para ir a Quintela. Allí está la fraga, un corto (2 km) pero jugoso circuito.

El Xurés. Termas y etnografía

Santi M. Amil

Lobios y Entrimo, en el extremo suroccidental de la provincia de Ourense, componen una comarca que se introduce en el norte de Portugal. Este espacio poco habitado, excepto en las orillas del río Limia y sus afluentes, se inscribe en el parque natural del Xurés, de impresionantes paisajes de montaña en los que es posible contemplar el planeo de las águilas reales e incluso escuchar el aullido del lobo. Las termas romanas de Aquis Originis, el balneario de Lobios y las piscinas termales naturales de Riocaldo atraen visitantes de toda Galicia y de Portugal, pese a que en el país vecino, por encima de Lindoso, hay también grandes establecimientos de hidroterapia dotados de interesantes jardines.

Un paseo: A Cela-foxo do lobo de Guende. Una visita imprescindible en el Xurés es la aldea de A Cela, cuyas casas se arriman a enormes bolos de granito. Muy cerca de allí está el núcleo de Guende, desde donde se puede visitar, en un recorrido de poco más de seis kilómetros ida y vuelta, el foxo do lobo, una trampa circular para atrapar a los cánidos salvajes, construida, probablemente, en la Edad Media. La ruta, a través de cumbres llanas adornadas por extrañas formaciones rocosas, es cómoda y bien señalizada.


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