La Voz de Galicia

Del agua más fría a la más cálida

Sociedad

nacho blanco, irene jiménez

Bañarse en el sur es para valientes, mientras que en el norte da menos pereza

31 Jul 2016. Actualizado a las 05:00 h.

El Mediterráneo es un caldo. Un pie en el mar y de golpe la desagradable impresión de 27-29 grados sobre la piel. Para que exista sensación de estar mojado hay que ir a Galicia. Pero, ¡ojo!, que aquí puede quitar el hipo si uno se da un chapuzón a 13 grados.

Cuando The Guardian consagró a la playa de Rodas, en las Cíes, como la mejor del mundo, pasó por alto la temperatura de sus aguas. Y, además de ser la más bonita, es también la más fría de Galicia, galardón que -con particulariades- comparte con el litoral de las Rías Baixas. Desde la de Corcubión hasta Baiona, la temperatura exterior en verano, a veces sofocante, contrasta con la de su mar, que corta la respiración. Las rías de Vigo, Pontevedra, Aldán, Arousa, Muros-Noia y Corcubión se llevan la palma. Mientras que las más norteñas, las del Golfo Ártabro y las Altas, poseen una temperatura más benigna (llegan a alcanzar los 22), eso sí, a años luz de la sopa mediterránea. La diferencia entre bucear en el sur y en las playas lucenses de A Rapadoira o As Catedrais, puede ser de nada menos que 7 grados. Eso sí, la garantía del sol es mayor en el sur, por eso, lo bueno de nadar entre cubitos de hielo es que al salir el calor lo arregla todo.

Pero, ¿por qué tanta diferencia? La clave son los vientos y las corrientes. El aire predominante en Galicia es norte y nordés y ambos causan los afloramientos o upwelling. El viento arrastra la capa superior del mar hacia afuera, y hace que esta sea ocupada por otra más fría, que proviene del fondo marino. El resultado es que en las Rías Baixas el agua esté entre los 13 y 17 grados. Por contra, este fenómeno es menos habitual en las medias y en las Altas, donde la influencia de la corriente del Golfo de México templa el mar. Así, las aguas del Cantábrico son las más calientes de Galicia, con temperaturas que superan los 20 grados de forma casi constante. En A Mariña se quejan en ocasiones del exceso de nubosidad, pero también conocen su tesoro, que no es otro para el bañista que el de poder sumergirse sin pensarlo.

joseba cuña

En la playa de A Fonte de Vigo Francisco Ferreira y Fernando Fernández se muestran indecisos en la orilla. «Estos días estuvo buena, pero ahora está muy fría», dice Ferreira, «¡aunque nos bañamos igual!», apunta el valiente. Y es que con las altas temperaturas de esta semana incluso lo agradece. «No sé cómo estará en Lugo, pero aquí se nota fresca», dice Ferreira. «Al menos no corta como en las Cíes», es el consuelo de Fernando Fernández. «Aunque siempre sale alguno que te dice que el agua de las isla está buena, no es verdad, está fría», bromea Fernández. Y no se puede decir que sean los turistas llegados de fuera, que no están acostumbrados a estas temperaturas, ya que tanto Francisco como Fernando son vigueses. La más valiente de todos es Irene, hija de Francisco. «A ella no le preguntes porque te va a decir que está buena siempre, no duda en bañarse», cuenta su padre.

Más al norte, en Foz, el turista Jorge Luis Corrales se da un baño relajante en A Rapadoira. «Es un placer nadar aquí, no lo piensas ni dos veces a la hora de zambullirte». Claro, son 21 grados.


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