Cristina Contreras: «Una persona obesa genera un gasto para la sanidad un 25 % superior»
Sociedad
Está convencida de que llegarán fármacos para adelgazar de forma efectiva, pero advierte de que no habrá milagros
18 Sep 2019. Actualizado a las 20:56 h.
Por más que se intenta o que incluso se haya anunciado, la obtención de un fármaco verdaderamente eficaz para combatir la obesidad aún es algo lejano. Es un camino de largo recorrido que puede acortar el trabajo realizado en el Centro de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas (Cimus) por Cristina Contreras, que ha descubierto un novedoso mecanismo molecular que demuestra cómo el aumento de una proteína en el hipotálamo consigue activar la grasa parda para que ratas obesas adelgacen sin dejar de comer. Contreras, investigadora posdoctoral con un contrato Sara Borrel del Instituto de Salud Carlos III, forma parte del grupo NeurObesidad, liderado por Miguel López y que se financia con fondos Starting Grant de la Unión Europea, de la Xunta y del Ministerio de Sanidad.
-¿Será posible algún día lograr un fármaco que permita adelgazar sin dejar de comer?
-La obesidad es un problema multifactorial en el que no intervienen solo nuestros genes y proteínas, sino también factores ambientales como la dieta o el ejercicio. Es un balance entre las calorías que se ingieren y las que se queman y nosotros podemos incidir en incrementar el gasto energético, pero este mecanismo es independiente de la ingesta. Si la balanza se desequilibra, nada se puede hacer.
-O sea, que no podremos seguir atiborrándonos ni abusar de la comida rápida.
-No, no deberíamos atiborrarnos, porque aunque consigamos quemar más calorías, si incrementamos la ingesta se mantendrá el desequilibrio. Los fármacos son para los casos en los que la genética o el metabolismo no ayudan, pero no va a existir ni existirá nunca un tratamiento que nos permita adelgazar comiendo lo que nos dé la gana. No existen milagros para tratar la obesidad.
-La grasa parda, la que quema calorías para producir calor, es clave en sus trabajos. ¿Por qué?
-En el año 2009 se descubrió que existía grasa parda también en adultos, ya que hasta entonces se creía que solo la tenían bebés y mamíferos invernantes para mantener su temperatura corporal. A partir de ahí se empezó a estudiar mucho y ahora se sabe que juega un papel muy importante en el balance energético.
-¿Activar esta grasa buena será base de un futuro fármaco?
-Estoy convencida de que sí, porque ya hay muchos estudios que demuestran que produce una disminución de la grasa. Pero si algún día existe será un fármaco multifactorial en el que la activación de la grasa parda, que en situaciones de obesidad está inactivada, será muy importante.
-¿Y llegará ese fármaco verdaderamente eficaz?
-Sí, algún día la obesidad se podrá tratar con un medicamento, aunque está todavía muy lejos. Y creo que la vía para llegar a él está en el hipotálamo, la zona del cerebro que regula el estado energético del organismo.
-¿Por qué se ha fracasado en los intentos realizados hasta ahora?
-Tenemos el problema de que los obesos son resistentes a los inhibidores del apetito de que disponemos, como la leptina. Es ahora cuando empezamos a conocer los mecanismos implicados en la obesidad y el siguiente paso, dentro de unos años, será actuar sobre ellos. Ahora mismo estamos viendo lo que pasa y la ciencia avanza muy despacio.
-Pero urge, porque en más de una ocasión se ha insistido en que la obesidad puede quebrar los sistemas de salud públicos.
-Una persona obesa se estima que genera un gasto un 25 % superior en servicios sanitarios. El gasto derivado de la obesidad y de sus complicaciones asociadas se cifra entre el 7 % y el 10 % de todo el sistema social de salud, un porcentaje muy alto. Es un problema de proporciones pandémicas, como declaró la OMS.