La sonrisa de Rick calienta la vuelta de «The Walking Dead»

¿Puede The Walking Dead convertirse en Juego de tronos? La serie de zombis tenía en común con el culebrón del medievo ficticio que los malos que amenazan ambos mundos son muertos vivientes, caminantes blancos unos y otros, caminantes a secas. Pero en la serie creada por Robert Kirkman, como en la de George R. R. Martin, hace tiempo que los comedores de hombres han dejado de ser los mayores peligros del apocalipsis. Los vivos y sus conflictos llevan tiempo centrando el desarrollo de The Walking Dead, que regresó este lunes a Fox para reanudar su séptima temporada.

Las comunidades de supervivientes a la amenaza zombi se empeñan en explotarse los unos a los otros, cuando no en destruirse. Y el grupo de Rick, tras la espeluznante puesta en escena de Negan, ha resuelto revolverse ante la tiranía. La primera mitad de la temporada presentó a Negan como un dictador con un enfermizo apego a un bate de béisbol feminizado, y una acusada tendencia a la perversión en forma de sumisión psicológica de sus adversarios. Pero Negan también está obsesionado con la productividad de sus súbditos. Es ahí donde el grupo de Rick decide iniciar la rebelión que centrará los próximos 8 capítulos. El expolicía intenta seducir a otros grupos para derrocar a Negan, porque necesita armas y soldados. Persiguiendo al desaparecido Gabriel, encuentra algo que le hace sonreír después de un sufrimiento extremo. ¿Como Khaleesi cuando halló su ejército?