A Armani, el rey del negro, se le suben los colores en Milán
Sociedad
Las firmas apostaron por líneas femeninas y degradados en sus colecciones para el otoño-invierno 2017-2018
25 Feb 2017. Actualizado a las 05:00 h.
El color rosa fucsia y el rojo sangre de la firma italiana Emporio Armani, que habitualmente se caracteriza por hacer uso de los tonos blancos y negros en sus colecciones, deslumbró ayer en la Semana de la Moda de Milán, que también acogió otros desfiles como los de Tod’s o Versace.
La firma de la diseñadora italiana Donatella Versace llevó hasta la pasarela milanesa una colección llena de elegancia, con vestidos muy femeninos y con transparencias que también dejaron entrever un lado más atrevido para su apuesta para el próximo otoño invierno 2017 2018.
Las chaquetas degradadas, del azul al negro, y los abrigos de piel con efecto peluche en color naranja intenso, se alternaron con pantalones de vinilo negros y jerséis rojos de mangas abiertas.
El degradado fue una de las mayores reivindicaciones de Versace y se pudo ver en abrigos que pasaron del rojo al azul, o en trajes de chaqueta y pantalón que comenzaron siendo grises y acabaron siendo azules morado.
Pero también se vio en el cabello de las modelos, que lucieron mechones en colores rojos, amarillos, naranjas y azules.
Los abrigos de plumas, grandes, anaranjados en su interior y azules en el exterior, se combinaron con vestidos transparentes decorados con palabras como courage -valor, en español-.
Por su parte, Emporio Armani ofreció una colección que demostró la capacidad de la casa italiana para reinventarse con el paso de los años. Los clásicos blancos, negros y grises estuvieron muy presentes en sus piezas, pero en esta ocasión el diseñador Giorgio Armani hizo gala de un rosa fucsia muy vivo para romper con la uniformidad de los looks más sobrios.
Así, el rosa apareció de forma tímida en los dobladillos de los pañuelos blancos y negros, que se lucieron atados al cuello, y también en adornos florales de algunas sudaderas en color negros. Pero estos toques rosados iniciales fueron solo una introducción: pronto apareció el rosa en todo su esplendor y sirvió para fabricar faldas largas, con el corte a media pierna; vestidos de tejidos vaporosos y con transparencias; pantalones; chaquetas cortas; abrigos de piel con efecto peluche y aborregados; y vestidos ceñidos a la figura, sin mangas, con cuello redondo y con lentejuelas.
Las faldas largas de terciopelo negro se alternaron con los vestidos largos también negros, de tirantes y con estampados de lunares, que se superpusieron sobre blusas de manga larga negras y de cuello alto.