Estos eclipses cambiaron la historia
Sociedad
Un eclipse de luna permitió, por ejemplo, poner fin a la idea de la Tierra plana
31 Jan 2018. Actualizado a las 08:07 h.
Enero se despide hoy con un acontecimiento astronómico que no se producía desde 1886, una superluna azul de sangre. La segunda luna llena del mes coincide con un eclipse. El satélite, además, cruzará el punto más cercano a la Tierra en su órbita alrededor del planeta. La comunidad científica tiene depositadas grandes esperanzas en este evento, pues esperan, entre otras cosas, medir el brusco descenso de la temperatura en la superficie lunar cuando atraviese la zona de sombra que proyecta el planeta.
Desde la Grecia clásica, cada ocultación del satélite ha generado una pequeña revolución. Un eclipse de luna permitió, por ejemplo, poner fin a la idea de la Tierra plana. «Aristóteles se dio cuenta de que los eclipses de luna se producían cuando el satélite pasa por la sombra terrestre y que esta es claramente una curva, con lo que la Tierra también debe ser curva. Fue una de las primeras pruebas de que la Tierra no es plana», explica el astrónomo Borja Tosar. En el siglo II antes de Cristo, otro sabio griego, Hiparco de Nicea, usó los recientes cálculos sobre el diámetro de la Tierra elaborados por Eratóstenes de Cirene para medir, durante un eclipse lunar, la distancia entre nuestro planeta y su satélite. «Hiparco de Nicea, a simple vista y con matemáticas que cualquier estudiante de secundaria domina, averiguó que la Luna se encuentra a 414.000 kilómetros. Las mediciones láser actuales dan una media de unos 380.000 kilómetros. La precisión alcanzada usando solo su intuición y reglas matemáticas básicas es sorprendente», añade. No era solo una cifra. De pronto los griegos entendieron que el cielo no estaba tan cerca como imaginaban. El Cosmos se convirtió en algo inabarcable.
Los eclipses lunares en otros planetas también han provocado enormes avances en nuestra visión sobre el mundo. Cuando Galileo Galilei inventó el telescopio en 1610 fijó su atención en Júpiter y descubrió cuatro de sus cincuenta y tres satélites. Estudiando los eclipses encontró una nueva forma de establecer la posición geográfica de un observador. «Los eclipses de las lunas de Júpiter permitieron determinar con gran precisión la posición como si fueran una especie de GPS de los siglos XVI y XVII, redibujando prácticamente el mapa del mundo», dice Tosar. Al volver a cartografiar el planeta, muchos países como Francia descubrieron que en realidad eran mucho más pequeños. El rey francés Luis XIV dejó una de las citas más famosas de la historia. «Francia ha perdido más territorio a manos de sus astrónomos que de sus enemigos».