Roberto Vilar se vuelve a estrellar en Madrid

A la segunda tampoco fue la vencida.  Roberto Vilar se queda de nuevo con la miel en los labios en su segunda aventura televisiva nacional. Antena 3 paraliza La noche de Rober, del que solo se emitirán las cuatro entregas que ya están grabadas y que han tenido una tibia acogida entre la audiencia. El estreno, con Almaia como protagonistas, cosechó un 11,6% de share y congregó ante el televisor a 1.798.000 espectadores, pero esas ya tímidas cifras fueron bajando hasta el 8,1% y 1.215.000 de televidentes en el último programa emitido. La cadena del grupo Atresmedia estará atenta al rendimiento de las próximas entregas para decidir si se retoman o si La noche de Rober se despide de forma definitiva. 

Los pobres resultados no obedecen a una mala colocación en parrilla. De hecho, el lugar elegido es el prime time de los viernes, con menos competencia que otros espacios. En el elenco de colaboradores, nombres conocidos de humoristas como Silvia Abril -pareja de Buenafuente-, Anna Simon, José Corbacho o Leo Harlem. Pero ni siquiera este popular elenco ha salvado los trastos. 

Como as en la manga, la productora se guarda dos invitados especiales. El 1 de junio visitará el plató Jesulín de Ubrique, un torero reconvertido en personaje del corazón que reaparece en la pequeña pantalla tras cuatro años desaparecido. La segunda estrella de la noche será la presentadora madrileña Cristina Pedroche, sinónimo de éxito de audiencia. ¿Lo conseguirá? En la batalla por arañar espectadores, La noche de Rober tendrá que vérselas con Factor X en Telecinco, El Paisano, en TVE, el ya veterano Equipo de Investigación de La Sexta, y el reality Los Gipsy Kings de Cuatro. 

 El presentador y humorista Roberto Vilar no consigue replicar en la capital el éxito que cosecha en Galicia. Madrid se está convirtiendo en la plaza maldita del conductor de Land Rober, profeta en su tierra pero al que no dan cuartel más allá del Padornelo. Otro de sus intentos por conquistar nuevos terrenos también fracasó. En septiembre de 2011, el gallego fue protagonista de una guerra mediática. Antena 3 y Telecinco pelearon por contratarlo. La primera se llevó el gato al agua, negociando su participación en un buque insignia de la cadena, Tu cara me suena, pero finalmente Mediaset se llevó la victoria consiguiendo a Vilar para reconducir las tardes de Cuatro, que entonces atravesaban un mal momento. El nombre del proyecto llamado a reflotarlas era el concurso Salta a la vista, una mezcla de habilidad y humor que no cuajó, con una audiencia media de un de un 3% y 325.000 espectadores.