La Voz de Galicia

¿Será Fokas Evangelinos la clave de España en Eurovisión 2019?

Sociedad

La Voz Redacción
Una de las puestas en escena de Fokas Evangelinos en Eurovisión, la de Azerbaiyán en el 2013

El griego, el escenógrafo más exitoso de la historia del festival, se encarga de la puesta en escena de «La venda», de Miki; fue clave en la victoria de Rusia con Dima Bilan y el triunfo de Grecia con Helena Paparizou

01 Apr 2019. Actualizado a las 14:47 h.

¿Está TVE tomándose en serio Eurovisión este año? Eso se preguntan los eurofáns españoles. Parece que sí. Una de las grandes asignaturas pendientes de España, además de la calidad de las preselecciones, han sido sus puestas en escena. En los últimos tiempos la delegación española ha sido criticada por sus apuestas, consideradas tremendamente pobres en comparación con la mayor parte de las que servían para empaquetar las canciones de otros concursantes. Pero el canal público ha anunciado que el griego Fokas Evangelinos se ocupará de la puesta en escena de La venda, la canción con la competirá Miki. El triunfito confesó que los ensayos con él «son brutales», que la primera toma de contacto fue muy buena, «porque es muy detallista, pero deja margen a los movimientos naturales» y que manejan distintas opciones. Evangelinos aseguró que «el modo en el que Miki interpreta la canción está lleno de luz y la puesta en escena tendrá fantasía, color y explosión».

Los seguidores del concurso han cargado contra la iluminación, la realización, los gráficos... O bien se criticaba la excesiva sencillez, como el caso de Alfred y Amaia con Tu canción o se cargaba contra el barroquismo exagerado de la actuación de Edurne con Amanecer. Solo se salvaron Pastora Soler con su Quédate conmigo y Ruth Lorenzo con su Dancing in the Rain, aunque impulsadas por las interpretaciones de las dos cantantes. 

Evangelinos trabajó con la candidatura que conquistó el tercer puesto para Grecia en el 2004: Sakis Rouvas con Shake It y sus dos bailarinas explosivas. También fue decisivo en el triunfo griego del 2005 con Elena Paparizou y su My Number One ejerciendo de dominadora de la escena (Paparizou se convirtió en una de las divas del festival en los últimos años).

La griega Helena Paparizou ganó Eurovisión con el trabajo de Fokas Evangelinos

Sigue al año siguiente con la segunda plaza del ruso Dima Bilan con Never Let You Go, su piano blanco, su camiseta de tirantes del mismo color y sus bailarinas con tutú. Pasa al 2007 con el sexto puesto de Bielorrusia, con un indescriptible Dimitry Koldun sobre el escenario, de negro, con camisa enseñando pecho y acompañantes detrás haciendo juego muy dramáticas e impostadas para darle vida a Work Your Magic (si España lleva una apuesta así fusilan al cantante sin esperar al amanecer). Muestra cómo también Ucrania le sacó partido a su participación del 2008 con un segundo puesto muy discotequero y retro gracias a Ani Lorak y su Shady Lady.

Fokas Evangelinos contribuyó a la victoria de Rusia en ese mismo año con su tema Believe, su violinista loco y el patinador Eugeni Plushenko. Sigue siendo una de las actuaciones más recordades del concurso en los últimos años.

Dima Bilan ganó Eurovisión con un violinista y el patinador Eugeni Plushenko

Volvió con Grecia y Sakis Rouvas, séptimo puesto con otro escenario de discoteca con plataformas que se elevaban y suelo móvil para interpretar This is the Night. Más tarde metió a un bailarín en una caja de cristal e introdujo a una bailarina con un vestido con una cola inacabable para escenificar la actuación que le dio la segunda posición a Azerbaiyán con el Hold Me de Farid Mammadov en el 2013. Ideó un fondo virtual espectacular para el ruso Sergey Lazarev, que era el favorito en el 2018 y acabó tercero. El heleno colocó un balancín para las gemelas Tomalchevi, humo que simulaba nubes y chorros de luces para la séptima plaza de Rusia en el 2017 con Shine.

Fokas Evangelinos está considerado el escenógrafo más exitoso de la historia de Eurovisión, pero ya se ha abierto el debate entre los eurofáns españoles (lo que se ha dado en llamar como eurodrama). Algunos consideran la elección una apuesta seria de TVE y otros creen que el estilo del griego, muy aparatoso y normalmente al servicio de un divo o diva, no casa ni con Miki, mucho más desenfadado, ni con la canción La Venda. Estos últimos apuestan por una presentación del tema con más fiesta informal y menos teatralidad preparada que ofrezca un resultado similar, aunque un poco más sofisticado, del que se pudo ver en la gala especial de Operación triunfo para seleccionar al concursante español en Eurovisión.

Entre los momentos que menos gustaron a los eurofáns españoles de las puestas en escena patria figura el numerito que le montaron a la gallega Lucía Pérez cuando defendió Que me quiten lo bailao, con un lío de bailarines, valga la redundancia, y un ambiente festivo tropical bastante artificial.

En la actuación de Soraya, que llevó al festival La noche es para mí, se prometió una sorpresa (algo típico en la delegación española, dar a entender que habrá algo preparado que no se ha visto en los ensayos y que será un bombazo en directo). La extriunfita desapareció detrás de una tela roja y reapareció en otra parte del escenario en un truco que se antojó un tanto barato. Y, además los futboleros se preguntaron que hacía Guti en el escenario (uno de los bailarines se parecía mucho al jugador).

 

 Para los que quieran repasar las apuestas más bizarras sobre los escenarios de Eurovisión no tienen más que volver a ver el interval act más divertido de la historia del festival, el de Suecia en el 2013, una actuación en la que se parodiaron las ideas más peregrinas y rompedoras que pasaron por el concurso en cuanto a puesta en escena. Y algunas de ellas, por cierto, son de Evangelinos. Solo basta con ver esta interpretación de Love Love Peace Peace, de Måns Zelmerlöw y Petra Mede, que recupera esos momentazos que quedarán para siempre en la historia de este concurso.


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