Cumpliendo el deseo de John Lennon

Aunque solían hablar a menudo por teléfono en 1980 («la última vez fue en noviembre, lo recuerdo», dice), lo cierto es que John Lennon nunca le dijo nada a Julia Baird sobre su deseo de hacer el Camino de Santiago. La hermana del beatle -es la hija mayor de su madre Julia Lennon y John Bobby Albert Dykin- supo esa historia cuando la leyó en el libro de memorias La Gran Vía se ríe del periodista gallego Antonio D. Olano, amigo íntimo y confidente de Salvador Dalí. «Me enviaron una copia y vi con asombro que realmente estaban hablando de hacer esa caminata juntos mi hermano y Dalí», recuerda. «Escuchar las conversaciones de esos dos peregrinos hubiera resultado fascinante», añade.

Tres décadas después, ya como psicóloga jubilada, Julia cogió el bastón y partió rumbo a Santiago. Lo hizo tras recibir la propuesta de la cantante Carolina Rubirosa, autora de O teu camiñar, la canción creada para promocionar el Camino Inglés. En el videoclip aparece Julia con ella haciendo la peregrinación. «La canción encierra la esencia del Camino -explica-. Se deben vencer los temores y superar los obstáculos, ya sean físicos o espirituales, y lograr espacio para profundizar en tu propio ser. Hay mucho tiempo para reflexionar en este mundo frenético de teclados y pantallas».

La experiencia para Julia Baird resultó formidable: «Una vez que partimos, nos preguntamos por qué habíamos tardado tanto en seguir ese camino. ¿Cuántas otras personas están en esa misma posición, me pregunto ahora? Pensando en ello y no haciéndolo». A todos ellos los anima, ejemplificado la inyección de fuerza que se produce en él: «¡No hay que preocuparse por nada! El segundo día de caminata, por ejemplo, teníamos una pendiente muy larga. Parecía extenderse hasta el infinito. Mi acompañante dio un paso lento y decidido, mirando hacia adelante, sin hablar con nadie. Le pregunté ¿cómo se sentía en esa pendiente interminable ... y preguntó: "¿Qué pendiente?"».

El videoclip de O teu camiñar se presenta el próximo martes 28 en Madrid (Circo Price, 12.00 horas) y el viernes 31 en A Coruña (Teatro Colón, 20.30 horas, entrada libre). En ambos casos estará Carolina Rubirosa y Javier Gurruchaga acompañando a Julia Baird. Pero, además, en esos actos existe otro punto de interés más allá de la canción y el video. Baird acaba de ver editado su libro Imagine This en castellano. Lanzado por la editorial compostelana Teófilo Comunicación y con portada de la artista coruñesa Catuxa Alonso, se trata del relato de la vida de John Lennon desde la privilegiada vista de su hermana. En él, Julia intenta capturar el momento en el que su hermano John se convirtió en el icono mundial John Lennon. « John siempre fue mi hermano, pero también pertenece al mundo en general. He investigado a mi propia familia para el libro, especialmente a la hermana de nuestra madre. En los dos últimos años de su vida decidió contarme todo lo que sabía. Espero que, leyéndolo, los fans puedan entenderlo mejor y conocer de donde salían todas esas canciones».

Una persona muy sensible

¿Hay algún aspecto oculto de Lennon que aparezca en el libro? «Bueno, yo espero haber resaltado que John era una persona extremadamente sensible, que había sido muy lastimada en su vida y siempre estaba en proceso de reparación», apunta. «El siempre dijo que jamás haría una autobiografía y me sorprendía mucho, porque sus canciones eran en realidad su historia. Gran parte de su psique estaba expuesta al ojo público porque la exponía en sus canciones. La verdad es que es una pena que nunca hiciera el Camino».

Julia, que ahora ejerce de embajadora cultural de Liverpool, recuerda cómo empezó todo. «Crecimos en un hogar muy musical. Nuestra madre tocaba el piano, el ukelele y el banjo. Ella le enseñó a John el banjo y luego trasladó esas habilidades a la guitarra. Cuando John y Paul comenzaron a tocar juntos por primera vez, John tocaba acordes de banjo en la guitarra y Paul tocaba la guitarra al revés, para poder hacerlo como zurdo».

«Además, nuestra madre era una de las primeras fans de Elvis Presley que hubo en Liverpool -continúa-. Teníamos un tocadiscos HMV, el del perro, que era muy pesado. Teníamos discos de los cantantes americanos más imporantes del momento, como Eddie Cochran o Gene Vincent, por ejemplo. Nos los enviaban por barco al Seamen’s Mission de Liverpool». ¿Y en medio de aquello no sabían que tenían una estrella en casa? «¡No, para nada!», explicaba.

«John era una persona muy lastimada que estaba en proceso de reparación»