Así se propagó el coronavirus por el norte de Italia: cenas con amigos, vida normal y deporte
Sociedad
Pueblos desiertos y miedo al coronavirus en el norte de Italia
El «paciente 0», que ha dado negativo en las pruebas, podría ser el foco del contagio. Preocupación al dispararse los casos en Corea del Sur e Irán, mientras en China descienden
22 Feb 2020. Actualizado a las 19:55 h.
El coronavirus se ha convertido en apenas unas horas en una auténtica crisis sanitaria en Italia, el primer país europeo en registrar ya dos víctimas mortales por esta causa, después de que un hombre muriese en Francia hace una semana, tras volver de Shangai contagiado. Pero el caso que tiene en vilo a las regiones de Lombarcía y Veneto (al norte del país) y que hace contener la respiración a otros países, tiene otras connotaciones que preocupan especialmente a la OMS, que alerta de que han aparecido nuevos casos de esta pandemia sin un vínculo claro con China. Algo parecido ha ocurrido en Italia, que parece haber desenmarañado ya cómo se originó el foco que ha obligado a aislar a 50.000 personas a apenas una hora en coche de Milán.
Las primeras investigaciones señalan a un hombre, al que han bautizado como el «paciente 0», que sería el que viajó a Shangai y propagó ya en Italia el coronavirus. Lo paradójico del caso es que él ha dado negativo en las pruebas, según varios medios italianos, habría tenido síntomas de gripe a principios el mes de febrero. El virólogo Giorgio Palù argumentó que cabe la posibilidad de que este hombre que viajó de Shangai tuviera una cantidad clínicamente insignificante de coronarivus en su cuerpo en el momento de los exámenes, pero sí que tenía capacidad de contagio, según recoge Efe. D. G., según Il Corriere della Sera, es gerente de una empresa en la localidad de Fiorenzuelo d'Arda (Piacanza), que reside a caballo entre Shangai e Italia. Los científicos siguen investigando qué ocurrió realmente con este hombre y si realmente él fue el foco de la propagación del coronavirus inicialmente.
El hombre, a su vuelta de Shangai, hizo vida normal y se cree que en una cena con compañeros de trabajo contagió al primer enfermo, un hombre de 38 años del pueblo Codogno. El «paciente 0» sigue aislado y donde se le están practicando análisis a los que podrían haber estado en contacto con el «paciente 1», que está ingresado en estado grave en el hopital. Esto habría ocurrido el pasado 1 de febrero. En poco más de veinte días hay dos víctimas mortales, y casi treinta contagiados, algunos de ellos en estado grave.
La segunda paciente es la esposa del hombre de 38 años, embarazada de ocho meses que está grave e ingresada en el hospital de Sacco, y hay un tercero que ingresó en el hospital con síntomas de neumonía después de hacer deporte con esta mujer. Explicaron que se han realizado un total de 259 pruebas en las últimas horas para localizar los contagios.
Los expertos están muy sorprendidos con la capacidad de contagio que tuvo el «paciente 1», por lo que han tratado de reconstruír sus pasos durante los últimos veinte días, tras la cena que compartió con el «paciente 0». La situación sería inédita en Europa.
La activa vida del «paciente 1» hace complicada esta tarea, y por ello las autoridades han decidido confinar a la población, hasta saber hasta donde llega el foco del contagio. Desde principios de mes participó en dos carreras populares, cenó y salió con varios amigos, entre ellos de nuevo el «paciente 0» que no ha podido viajar a Shangai debido al coronavirus. De esa velada saldrían al menos otros tres contagiados, tres clientes que habrían concidido en el mismo establecimiento que todo apunta a que no habrían tenido contacto directo. El bar era propiedad del padre del hombre que hizo deporte con la mujer del «paciente 1». Al menos otros cinco que son profesionales sanitarios.
Sin conocer que porta ya coronavirus, el «paciente 1» acude el día 13 de febrero a trabajar con normalidad a las oficinas de Unilever en Casalpusterlengo, con más de 150 empleados y con algunos de ellos mantiene el contacto directo lógico de un centro de trabajo. Siguiendo con su actividad diaria normal, dos días después acude a una jornada de formación en Codogno y por la tarde va a jugar al fútbol con su equipo, el Picchio Somaglia. Por la noche acude a una cena en Rivergaro con dos amigos. Al llegar a casa comienza a encontrarse mal, pero aún ni se imagina que pueda sufrir coronavirus, ya que el «paciente 0», con el que cenó en dos ocasiones este mes de marzo dio negativo en las pruebas y no ha desarrrollado síntoma alguno. El hombre de 38 años tarda aún varios días en ser ingresado en el hospital, aunque acude varias veces al médico. Por el momento su estado es muy grave y permanece en el hospital de Sacco de Milán, donde también se encuentra su esposa, a punto de dar a luz. Sus padres, en cuarentena en Castiglione d'Adda, aseguran en una entrevista a medios italianos que «es una bestia enorme, pesa 90 kilos y tiene una estructura muy fuerte. Pero ahora está muy grave, intubado y dolorido».
Con apenas estos trazos de la vida de este hombre durante el mes de febrero cabe imaginar la difilcultad a la que se enfrentan las autoridades italianas y las medidas que se han visto obligadas a tomar en un caso que pone en jaque incluso a la OMS, ya que todo apunta a que el hombre que dio negativo en las pruebas, el «paciente 0», sí que fue tuvo capacidad de contagio, lo que abre un nuevo desafío a los investigadores. En el hospital de Milán, donde sigue aislado, tratan de comprobar si generó los anticuerpos por contra el virus y por eso no pudo ser detectado.
Mientras las incógnitas sobre el cómo pudo propagarse el virus por las localidades cercanas a Milán, las autoridades tratan de descifrar un misterio aún mayor: ¿cómo se contagió Adriano Trevistan, la primera víctima mortal del coronavirus en Italia? Todo parece indicar que no tuvo contacto alguno con el «paciente 0» y el «paciente 1», lo que añade aún más dudas.