Silvia Abril: «Hacer la maleta es lo que peor llevo»
Sociedad
La actriz viaja a Laponia en la nueva entrega del programa «Viajeras con B», en La Sexta
07 Mar 2020. Actualizado a las 05:00 h.
En la cuarta temporada de Viajeras con B (La Sexta), Silvia Abril (Mataró, Barcelona, 48 años) visitará este sábado Jordania, porque Andreu Buenafuente, su pareja, no le dejaba ir al Machu Picchu, ya que lo tenían «pendiente». Las nuevas entregas incluye a nuevas viajeras, como la influencer María Pombo (Kenia), la actriz Ana Milán (Islandia), la exjugadora de baloncesto Amaya Valdemoro (Escocia), la presentadora Patricia Pérez (Japón) y la actriz Marta Torné, junto a su perro Rufus (Fuerteventura).
-¿Le costó decidirse?
-Para nada. Viajar es una de mis aficiones favoritas. Me encanta conocer mundo, y me tuvieron que parar, porque yo propuse un recorrido, no un solo destino (risas).
-¿Ha agradecido ir sola?
-Las que somos madres sabemos lo que es irse de casa sin los niños un rato, unos días, sin estar pendiente de que no coma algo, que no beba no sé qué. De nada. Ha sido a lo loco, sin riendas, y sin preocuparme de nada. Fue un break maravilloso para cargar pilas. Se trabaja y estás todo el día grabando, pero es algo en lo que me siento como pez en el agua.
-¿Con qué se queda?
-La naturaleza utiliza estrategias maravillosas para volverte loco. Fuimos a Petra caminando por un desfiladero de rocas rojizas que se iba estrechando y oscureciendo, y, de repente, llegas a la puerta del monumento funerario, se abre todo, y tienes como un orgasmo. Yo me emocioné. Me eché a llorar.
-¿Se considera una buena compañera de viaje?
-Eso lo tendrían que decir otros. No lo sé. A veces la gente me hace callar, así que igual soy un pelín pesada (risas). Y luego casi mato a un cámara. Arranqué a correr, me siguió, se tropezó, se cayó, la cámara se rompió. Pero nos reímos.
-¿Suele repetir viajes?
-Si el lugar me gusta, sí. Por ejemplo, en Madagascar colaboramos con una ONG, tenemos 450 niños escolarizados en un pueblecito, e intentamos ir cada dos años.
-¿Hay algún sitio al que no volvería nunca?
-De momento, no. Soy tan optimista que me doy rabia a veces. Marruecos me lo empiezo a conocer ya bastante, porque lo tenemos cerca y pasamos desapercibidos, pero Marrakech me pareció casi agobiante; demasiada gente, demasiado turístico. Pero voy a repetir (risas).
-¿Y repetiría otra gala de los Goya?
-Ahí no lo sé. También es muy importante cómo caiga en el calendario. El primer año que me lo ofrecieron me pilló rodando y dije que no.
-¿Qué balance hace de la última?
-Muy positivo. Salimos de culo de allí, pero muy satisfechos. Conseguimos hacer una gala como nos habíamos propuesto, con más peso en todo lo visual, dando un paso adelante en la tecnología aplicada al espectáculo, y fue muy satisfactoria.
-¿Busca lugares donde pasar desapercibida para viajar?
-Cada vez la gente viaja más y los programas de televisión llegan a más rincones, así que cuesta más pasar desapercibido; pero para mí, estar tres días de una semana sin que me pidan una foto ya es un viaje exitoso.
-¿Y lo consigue?
-Sí. Por ejemplo, hemos estado en Finlandia, en Laponia este invierno, y allí no te conoce nadie más que los españoles que están allí haciendo lo mismo que tú. Entonces, entienden que estás como de vacaciones.
-¿Es de las que se obsesiona haciendo la maleta?
-La verdad es que hacer la maleta es lo que peor llevo. Siempre cargo demasiado, y estoy intentando hacer un ejercicio de aligerar, de austeridad. Entonces, por lo que más me preocupo es por que haya rotuladores y papel. Por la peque. Eso, y un buen libro para mí. La ropa se lava y se vuelve a poner.
-¿Qué no haría nunca en televisión?
-Un reality. Me parece un formato un poco hiriente, y que se sustenta de eso.
-¿No se apuntaría a «Supervivientes»?
-¡No! Para nada. Y mira que hay un viaje de por medio. Si quiero hacer un Supervivientes ya me lo hago yo a mi rollo. Verás, el año que viene: «Silvia Abril se va a Honduras», porque estas cosas pasan. La maldita hemeroteca (risas).