Una gallega, entre la «histeria colectiva» que vive Vitoria
Sociedad
La coruñesa Ester Palacio, que trabaja en la administración, lleva días trabajando desde casa. Lo que más le sorprende son los lineales vacíos en los supermercados: «Por las tardes no hay carne, ni fruta, ni leche, ni nada»
12 Mar 2020. Actualizado a las 17:18 h.
«Aquí estamos. En casa, encerrados». Esa es la respuesta de Ester Palacio cuando se le pregunta cómo está viviendo el avance del coronavirus en Vitoria. Esta coruñesa, que lleva diez años en el País Vasco, lleva tres días trabajando desde casa. Es administrativa en las Juntas Generales. «Nunca habíamos teletrabajado, pero nos dijeron que era mejor que estuviésemos todos en casa», asegura desde su nueva oficina: su domicilio. Ester es una de esas personas que no tiene problemas para desempeñar sus tareas profesionales a distancia, pero vive sorprendida con lo que sucede a su alrededor. «El martes fui a las siete de la tarde a dos supermercados, un Eroski y un Mercadona. Mi sorpresa fue que no había ni carne, ni fruta, ni leche, ni nada. Hay un auténtico problema de histeria colectiva porque, en realidad, no hay problemas de abastecimiento. Por las mañana ya reponen de todo. No nos vamos a quedar sin nada», comenta.
En su entorno se repite la sorpresa por lo que está sucediendo a diario en las tiendas de su barrio, Arriaga Lakua. «Una de mis amigas, que tiene un bebé, me cuenta que no hay pañales porque la gente los está comprando de forma compulsiva». Es más, ella tardó en creerse la estampa de los lineales vacíos hasta que lo comprobó con sus propios ojos. «Pensé que eran fotos falsas, de esas que circulan por las redes sociales».
País Vasco es la segunda comunidad, después de Madrid, con más casos de coronavirus. En concreto, Álava es la provincia que más positivos ha registrado y donde se han cerrado todos los centros educativos. También se han cancelado desde eventos deportivos a espectáculos culturales. «Frente a mi casa hay un instituto. Resulta muy raro verlo vacío, al igual que los colegios. Hay que encargarse de los niños y eso genera inquietud en la población porque normalmente les cuidan sus abuelos o sus madres, que dejan de trabajar. La verdad es que el barrio está muerto. Se nota mucho».
Ester no está preocupada ya que mantiene que el coronavirus es «una gripe fuerte» pero, aunque están tranquilos, su familia y allegados que viven en Galicia no paran de preguntarle. «Mi madre me llama cuatro veces al día. A todos les digo que no hay nada en el súper ni en las calles, pero que sigo respirando». Lo que sí le sorprende es que las empresas privadas de la zona no estén implementando el teletrabajo o que la sanidad vasca le diga a su personal que no use mascarillas para evitar la alerta. «El Gobierno vasco no está informando bien. Nos enteramos de las cosas por lo que dicen en Madrid y eso es lo que hace que la población esté en este estado de nervios».