El papa instituye una comisión para afrontar las consecuencias del coronavirus
Sociedad
Los expertos analizarán los desafíos socioeconómicos y culturales de la pandemia y propondrán pautas para afrontarlos
11 May 2020. Actualizado a las 13:42 h.
El papa Francisco ha creado una comisión transversal que implica a los distintos dicasterios y organizaciones pontificias del Vaticano para afrontar las consecuencias de la pandemia del COVID-19.
La comisión está subdividida en cinco grupos de trabajo ya operativos. El primero trabaja codo con codo con Cáritas Internacional, y ha establecido mecanismos para escuchar a las iglesias locales e identificar las necesidades reales durante la fase de emergencia para ayudar a desarrollar respuestas eficaces y adecuadas. También se ha pedido a la red de nuncios y a las conferencias episcopales de todo el mundo que informen de los problemas sanitarios y humanitarios que requieren una acción inmediata.
El segundo grupo trabaja en estrecha colaboración con la Pontificia Academia para la Vida, la Pontificia Academia de Ciencias y la Pontificia Academia de Ciencias Sociales. Su objetivo es trabajar en red a través de las áreas de ecología, economía, salud y seguridad social. El tercer grupo está dedicado a la comunicación. El cuarto grupo, coordinado por la Secretaría de Estado, se ocupará de las relaciones con los Estados o multilaterales. Por último, el quinto grupo se encargará de encontrar los fondos económicos necesarios para llevar a cabo las acciones diseñadas.
El prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, ha subrayado en una entrevista al portal de Internet Vatican News que el papa les ha emplazado a llevar a cabo dos tareas esenciales. Una se basa, según Turkson, en «poner en marcha acciones de apoyo a las iglesias locales para salvar vidas humanas, para ayudar a los más pobres».
La otra, ha indicado el cardenal, se refiere al cambio que vendrá después de la emergencia y, en concreto, a las consecuencias económicas y sociales de la pandemia, sobre lo que se tendrá que afrontar y, sobre todo, sobre cómo la Iglesia puede ofrecerse como punto de referencia seguro ante un acontecimiento inesperado. «Contribuir a la elaboración de un pensamiento sobre esto es nuestra segunda tarea. El papa nos ha pedido concreción y creatividad, enfoque científico e imaginación, pensamiento universal y la capacidad de entender las exigencias locales», ha señalado Turkson.
Así, ha explicado que la pandemia de COVID-19 es una crisis que corre el riesgo de ser seguida por otra y luego por otras, en un proceso en el que es necesario «aprender lenta y dolorosamente» a cuidar del planeta en la óptica de la encíclica «Laudato Si». «Hemos creado una unidad de dirección, de coordinación, para organizar las iniciativas que conciernen a la acción de hoy y las que conciernen a la preparación del mañana. El nuestro es un servicio en términos de acción y pensamiento. Necesitamos acciones concretas ahora, y las estamos haciendo», ha explicado.
El Vaticano también ha implicado a otras instituciones como la Universidad de Georgetown, la Universidad de Potsdam, la Universidad del Sacro Cuore de Milán o el World Resources Institute.