La imagen de Fátima salió al encuentro de los ourensanos
Sociedad
Las restricciones por la pandemia impidieron celebrar la procesión de Fátima
Al no poderse celebrar la procesión la tradición se vivió desde las casas con velas encendidas
13 May 2020. Actualizado a las 23:38 h.
El coronavirus será recordado en el futuro por muchas circunstancias. Y junto a los episodios y vivencias vinculadas al confinamiento estarán aspectos como las fiestas o las citas que nunca llegaron a celebrarse en este 2020. Para los ourensanos una de esas referencias inexcusables estará vinculada a la anulación de la procesión de Fátima, una celebración que reúne cada año a miles de personas en la noche del 13 de mayo. No se pudo celebrar la procesión, aunque en la iglesia de O Couto tenían preparada una sorpresa para los fieles y sacaron la imagen de Fátima fuera del templo para que las personas que se acercaron al lugar por la noche pudieran ver a la virgen. La jornada central de la celebración de Fátima incluyó un rosario cantado en la iglesia de O Couto, por la mañana, y la presencia virtual de varias personas cuyos mensajes se pudieron ver por la noche antes de sonar las campanas, señal para que las personas que lo deseasen saliesen a los balcones y ventanas con velas encendidas para recordar la suspendida procesión.
De O Courel a Zambia
Cinco fueron los testimonios vinculados a la celebración. Carla, de 5 años, contó su experiencia de reclusión en el pueblo -la llevaron sus padres con la abuela para que no se contagiara- y pidió a la virgen «que remate isto canto antes» para poder llevarle a Fátima -«que se chama como a miña nai»- las flores junto a las que aparecía en el vídeo. Desde Zambia el misionero ourensano Antonio Fernández Diéguez se refirió a su labor pastoral en África y desde O Courel remitieron su mensaje Gabriel y Ledi, maestros que incidieron en su papel como creyentes y pidieron a Fátima una mayor comunicación y solidaridad «fronte a actitudes como a de pechar fronteiras e o egoísmo».
Miriam, trabajadora de un geriátrico, grabó su testimonio en la iglesia ourensana y pidió a la virgen «valentía y fortaleza para poder seguir cuidando a la gente que lo necesita». Desde Madrid narró su experiencia Miriam, médica que se presentó voluntaria para ayudar en el Severo Ochoa de Leganés y que se contagió con el coronavirus. La médica se dirigió a Fátima: «Te pido por los que nos han dejado y fuerzas para seguir adelante. Ayúdanos para dar todos la mano al de al lado y no olvidar jamás a los que más nos necesitan».