La Voz de Galicia

«Nos acostumbraremos a comer a dos metros»

Sociedad

Cándida Andaluz Ourense

Pocos restaurantes ourensanos han dado el paso de regresar a la normalidad abriendo sus cocinas

26 May 2020. Actualizado a las 05:00 h.

¿Sabes dónde podemos tomar algo para comer? Lo pregunta una mujer que pasea por el casco antiguo de la ciudad. Aún así la fase 2, que permite a los restaurantes abrir en el interior, no caló en el centro de la ciudad, por lo menos este lunes. Con la mayoría cerrados, los pocos que decidieron abrir lo hicieron más como gesto de normalidad que por la convicción de que era el mejor día.

Santi M. Amil

Julito Vázquez: «Estos meses han sido agónicos

Julito Vázquez, de Casa Toñita, fue uno de ellos: «Estos meses han sido agónicos. De momento la gente está un poco pendiente de los horarios...», afirma. No cree que la situación sea pasajera: «Hay que adaptarse y yo creo que esto se queda». Se refiere a las medidas de separación de las mesas, de higiene y seguridad. «Lo mismo que nos acostumbramos a no fumar tendremos que hacerlo a comer a dos metros de distancia», afirma. Eso repercutirá en sus ingresos. «Daba setenta comidas diarias y ahora... habrá que subir precios, aunque no será ahora, habrá que esperar a la reacción de la gente», explica. Ha tenido que recomponer todo el bar para espaciar las mesas y las sillas.

Santi M. Amil

Javier Gómez: «La gente es reticente a entrar»

Javier Gómez, de O Lar da Sabela, también decidió abrir. «El 18 de febrero cambiamos de local y quince días después cerrar. Han sido meses complicados. Si no hubiésemos tenido las terrazas no habríamos abierto, no nos valdría la pena. La gente es reticente a entrar y vamos un poco a la aventura», afirma. Este hostelero cree que una de las cosas más importantes es poder cerrar mas tarde los establecimientos, para qiue la gente se anime a cenar. «Lo que no podemos hacer es dar de cenar a una persona y luego tener que decirle que acabe pornto que tenemos quie cerrar», afirma.. 

Y con la fase 2 abrieron más terrazas y los restaurantes

En O Barco de Valdeorras la entrada en fase 2 dejó un poco de todo en lo que a los restaurantes y los bares se refiere. En el caso de los locales que no sirven comida, algunos decidieron no abrir en fase 1 porque la terraza es pequeña y no veían la viabilidad del negocio. Por eso el lunes trajo al casco urbano la apertura de varios bares y cafeterías que hasta el momento estaban cerrados, como La Maltería. Pero la mayoría ya están abiertas y algunas aprovecharon ya el buen tiempo del fin de semana para ir desplegando sombrillas y terrazas.

Diego Teixeira es el gerente del bar Hamburgo en O Barco de ValdeorrasLOLITA VAZQUEZ

Diego Teixeira: «Toca echar horas encima»

Diego Teixeira levantó la persiana del bar Hamburgo de O Barco de Valdeorras a finales de la semana pasada. Lleva ocho meses con el local y durante dos y medio han estado cerrados. Los primeros días fueron flojos, aseguraba. Tenía solo 2 mesas en la terraza (al estar en la travesía, en Condesa Fenosa, en la fachada del local no hay espacio para más) así que con el aforo permitido se queda en una, así que poca clientela podía sentarse. Ayer al poder abrir el local la situación pintaba algo mejor, pero tampoco. «La gente parece que tiene miedo, está esto muy parado», decía. Y entonces miraba alrededor y señalaba: «Tengo nueve meses, a estas horas tendría que estar a tope, y tengo una ocupada». Dice que si algo está animando el negocio es el servicio de Loterías. «Parece que la gente sigue jugando; como la cosa está peor, a ver si toca algo y de momento es lo que va manteniendo, porque sino teníamos que estar cerrados», decía. Habitualmente son seis los trabajadores del local, pero ahora mismo están únicamente él y su suegro, que son autónomos. El resto están en ERTE. «Vamos a tirar hasta que se pueda, aguantaré ahí. De momento estaremos los dos. Toca echar horas encima, es lo que tenemos».

En la puerta del restaurante Casa Galaica, un cartel avisa de que reabren el día 2 de junioLOLITA VAZQUEZ

No todos han abierto sus puertas

En lo que respecta a los restaurantes, también la situación es desigual. En el caso del restaurante San Mauro, volvió a abrir sus puertas para que los clientes entrasen al comedor. Pero en este caso la cocina no estuvo cerrada nunca. Durante todo el estado de alarma estuvieron sirviendo comida para llevar. Y también recibieron a los primeros clientes en O Piquiño, que estuvo parado durante más de dos meses y medio. Otros, en cambio, han decidido postergar la vuelta al trabajo. En Casa Galaica un cartel anunciaba la reapertura para el día 1. Y tampoco levantó la verja ayer el Fernando III.

 


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