«Una vida en el filo»: Una visión de parte de la vida del Rey del Pollo Frito

Los árboles a veces no dejan ver el bosque y la particular forma de ser (y, sobre todo, de dejarse ver) de Ramón Márquez, popularmente conocido como Ramoncín, genera ese efecto. Cae tan mal a tanta gente y se muestra tan encantado de conocerse a sí mismo que hace que la lupa se ponga en lo negativo, celebrando cualquiera de sus caídas, meteduras de pata o chulerías varias.

Eso impide apreciar a muchos su interesante trayectoria musical y su condición de pionero en una manera de entender el rock muy influyente a nivel nacional («sin Ramoncín, Loquillo no existiría», afirma el segundo). También su faceta de investigador con El nuevo tocho cheli (1996), bendecido por Francisco Umbral que escribió el Diccionario cheli (1983). Igualmente, su lado de tertuliano deslenguado que coló en la oficialidad patria otro punto de vista totalmente inédito en los ochenta. Y, por supuesto, su trabajo en defensa de los derechos de autor como cabeza visible de la SGAE. Benefició a muchos, pero le perjudicó de manera exagerada a él. Pese a ser absuelto por la justicia de todo lo que se le acusaba, todo aquello le pasó factura.

Para compensar llega Una vida en el filo, un documental que ensalza la figura de Ramoncín, sin el más mínimo atisbo de crítica. Se trata de una sucesión de ramos de flores, entre los cuales surge un narciso que a sus 65 años sigue pareciendo ese tipo que se mira al espejo y dice: «¡Cómo molo!». Está en su derecho, claro, después de los golpes recibidos. Él y su entorno hablan de su arrojo juvenil, de esa conexión con el barrio que aún mantiene, de cómo se desenvolvía en territorios hostiles al rock, de los éxitos de ventas logrados y de sus hitos artísticos.

También de su particular modo de arreglar las cosas con la industria, presentándose con una lata de gasolina para rescindir un contrato, o del vergonzoso episodio en el Viñarock, cuando tuvo que abandonar el escenario apedreado sin que ningún compañero lo apoyase. Todo desde el lado más favorecedor del artista, por supuesto. Por eso, se echan en falta muchas dobleces dentro de una trayectoria tan polémica como la suya.

UNA VIDA EN EL FILO

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España, 2020

Director: Charlie Arnaiz y Alberto Ortega